¿Puede el gobierno de los Estados Unidos quitarme la ciudadanía estadounidense?

Por: Johanna Cochran Abogada de inmigración
La respuesta corta es: sí, pero solo en casos muy específicos y bajo procesos legales estrictos. El gobierno de los Estados Unidos puede revocar la ciudadanía, pero únicamente si fue adquirida mediante el proceso de naturalización. Es decir, si usted nació en los Estados Unidos, su ciudadanía está protegida por la Constitución y no puede ser revocada, sin importar lo que diga cualquier administración de turno.
En cambio, si usted obtuvo su ciudadanía como inmigrante, sí existe la posibilidad de perderla, pero nunca de forma arbitraria. Para que eso ocurra, deben cumplirse ciertos requisitos legales: se debe haber cometido fraude, tergiversación de hechos materiales, o haber estado involucrado en actividades graves como terrorismo o crímenes de guerra. En esos casos, el gobierno puede iniciar un procedimiento legal conocido como desnaturalización.
Este proceso está regulado por la ley federal bajo el 8 U.S.C. § 1451(a), y generalmente comienza cuando el Departamento de Justicia (DOJ) presenta una demanda civil para revocar la ciudadanía. En situaciones más graves, también puede iniciarse una causa penal bajo el 18 U.S.C. § 1425, si se demuestra que el fraude fue intencional y determinante al momento de la naturalización.
Ejemplos de situaciones que resultaron en la pérdida de la ciudadanía estadounidense:
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Fedorenko v. United States (1981):
La Corte Suprema confirmó que incluso una mentira aparentemente menor durante el proceso de naturalización puede justificar la revocación de la ciudadanía. En este caso, Fedorenko había servido como guardia en un campo de concentración nazi y ocultó ese hecho al emigrar a Estados Unidos.
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United States v. Anton Geiser (2006):
Geiser, inmigrante naturalizado de origen europeo, fue desnaturalizado por ocultar su participación en crímenes de guerra durante la Segunda Guerra Mundial.
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Casos recientes (2020–2025): El Departamento de Justicia ha intensificado los procesos de desnaturalización en situaciones que involucran fraude migratorio, violencia doméstica, delitos sexuales, vínculos con organizaciones terroristas, entre otros crímenes graves.
Conclusión
Convertirse en ciudadano estadounidense es un privilegio y un logro invaluable, especialmente para quienes han atravesado el difícil camino de la inmigración. Pero ese estatus también conlleva una responsabilidad legal y ética: decir la verdad, cumplir con la ley y mantener una conducta íntegra. En tiempos donde la actual administración está dispuesta a utilizar la desnaturalización como herramienta política, es más importante que nunca proteger su historial migratorio, guardar copias de sus documentos y buscar asesoría legal si tiene dudas o temores.

