¿Calidad o Cantidad? HÁBITOS ALIMENTICIOS ¿Cómo mantenerte motivado?

Por: Olimpia Hakala
En la década de los 70, el aumento desmesurado de la diabetes, enfermedades cardiovasculares y la obesidad se convirtieron en causas silenciosas de muerte prematura a nivel global. A esto se suma el incremento en la frecuencia de casos de cáncer durante los últimos 30 años.
Hoy en día, para lograr una vida sana, debemos limitar lo que llevamos a la boca, ya que muchos alimentos pueden ser, a largo plazo, causantes de las enfermedades mencionadas.
Pero, viéndolo de forma positiva, ¡pongamos manos a la obra! Pensemos qué tipo de energía y combustible necesita nuestro cuerpo.
¡Aquí vamos!
Disciplina
Establece horarios de comida, dejando al menos 4 a 6 horas entre una y otra.
Si trabajas fuera de casa, organiza tu lunch box con un bloque de hielo (ice block) para mantenerla fresca a más de 8°C, temperatura adecuada para evitar la contaminación de los alimentos (no recalentar).
Responsabilidad:
¿Si tú no te cuidas, quién lo hará? Ser responsable implica organizar tu rutina adecuadamente. Comer sano mejora la digestión, regula los patrones de sueño y ayuda a controlar la ansiedad. Además, la energía y los niveles de endorfinas aumentan, fortaleciendo tus defensas y reduciendo el estrés. Aquí descubrirás cuán comprometido estás contigo mismo. Tu cuerpo, que es tu templo y refugio espiritual, te lo agradecerá.
Ejercicio:
¿Cada cuánto le dedicas movimiento y ejercicio a tu cuerpo? La frecuencia marcará el equilibrio entre la energía que recibes a través de los alimentos y la actividad física adecuada según tu edad y condición. Los especialistas sugieren que un adulto debe realizar al menos 60 minutos de ejercicio diario para oxigenar el cerebro, las células y los glóbulos rojos.
Perseverancia:
Todo dependerá de la dedicación que pongas a tu nuevo estilo de vida. Solo así podrás disfrutar plenamente de tus seres queridos, de tu entorno y de ti mismo. La tranquilidad que tanto necesitamos se vuelve posible con constancia.
Últimas palabras:
Adquiere frutas, verduras, avena, granos, frutos secos, agua en abundancia, pescado, salmón, pavo, huevos, lácteos sin lactosa y reduce el consumo de carnes rojas.
¡Conviértete en el chef que llevas dentro! Agrega amor, humor y, sobre todo, responsabilidad a tus compras. Tu familia —y tu bolsillo— te lo agradecerán. Come porciones pequeñas cada 4 a 6 horas.
¡Recuerda:
“Less is more”! Sé el ejemplo para tu familia y transforma los malos hábitos en positivos.
¡Mantente motivado!
Stay tuned!
En la próxima edición: la contaminación en nuestra vida diaria y su impacto en la alimentación

