La alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, declaró este martes un estado de emergencia local y anunció la implementación de un toque de queda nocturno en el centro de la ciudad, luego de varios días de disturbios, saqueos y vandalismo. La medida, que estará vigente de 8:00 p. m. a 6:00 a. m., busca frenar la violencia desatada en la segunda ciudad más poblada de Estados Unidos.

“Si no vive ni trabaja en el centro de Los Ángeles, evite la zona. Las fuerzas del orden arrestarán a quienes incumplan el toque de queda”, advirtió la mandataria en su cuenta oficial de X. Además, señaló que los actos violentos se han intensificado “por la caótica escalada del presidente”, sin precisar nombres.

Los disturbios han dejado severos daños a negocios, edificios públicos y vialidades, lo que ha obligado a las autoridades a reforzar la presencia policial y desplegar unidades de emergencia.

Jim McDonnell, jefe del Departamento de Policía de Los Ángeles, aclaró que los residentes de la zona estarán exentos de la restricción, la cual se aplicará únicamente en el área central de la ciudad. Según funcionarios locales, el bajo número de habitantes permanentes en el centro urbano permitió delimitar el alcance del toque de queda sin afectar significativamente a la población general.

Las autoridades instaron a la calma y aseguraron que la prioridad es restaurar el orden y proteger tanto a ciudadanos como a propiedades en medio de esta crisis.