SIN NOMBRE NI APELLIDO
Por: Irene Díaz-Bazán
- La directora de Prensa Atlanta Global, Irene Díaz-Bazán, relata la complejidad que implica intentar evadir un examen de mamografía.
Inevitablemente acudí a la cita.
Otra vez, la bata rosada cubría mis hombros como un manto de fragilidad.
Esperaba mi turno con un corazón inquieto, mientras mujeres de cabellos plateados buscaban refugio en la luz de sus pantallas.
Yo, en cambio, me escondí en la lectura: crónicas triviales de revista, un mundo rosa y superficial donde la moda pesa más que el hambre, la desigualdad social y la miseria. No era momento de juzgar. Todo estaba diseñado para calmar: música tenue, paredes en tonos pastel, flores bordadas en los tapices.
Y allí, entre esas rosas inmóviles, recordé mi huida.
Cuatro años esquivando un examen, temiendo repetir la punzada cruel de la última mamografía. Cuatro años sirviendo a los demás, olvidándome de mí misma, postergando mi propio cuidado.
Cuando llamaron mi nombre no respondí. El pánico me silenció. Los labios de la técnica pronunciaron una y otra vez a “Irene Díaz-Bazán”.
Solo éramos dos pacientes latinas. Y reaccioné.
No entraré en detalles. Solo diré que en medio de las garras del mamógrafo atravesé la experiencia más dolorosa de mi existencia. El cuerpo se me quebró en lágrimas, temblores y miedo.
El resultado, sin embargo, fue óptimo.
Pero al día siguiente estaba en urgencias por un dolor abdominal ultra severo.
Y, nuevamente, cuando me preguntaron mi nombre, no respondí: tendí mi licencia.
Una pulsera con código de barras me redujo a un registro mientras mi ser entero ingresaba en la boca metálica de la resonancia magnética.
En pocas horas mi nombre dejó de importar. Comprendí que no soy nadie: solo una mujer frágil, susceptible, capaz de sentir la tristeza, el filo helado de la soledad, la insignificancia en medio de un hospital. Que la vida y la muerte caben en un segundo.
Pues me he propuesto, que mientras este corazón siga latiendo, no aspiro a más que a lo esencial: ser, sencillamente, feliz.
(No olvides ser tu prioridad).
