El secretario de Estado de Georgia, Brad Raffensperger, anunció este miércoles su candidatura para gobernador, una movida que agita la contienda en uno de los estados más disputados políticamente en Estados Unidos.

Raffensperger alcanzó notoriedad nacional tras las elecciones presidenciales de 2020, cuando desafió la presión directa del entonces presidente Donald Trump, quien le pidió “encontrar” 11,780 votos para revertir su derrota frente a Joe Biden. La negativa del funcionario lo convirtió en blanco de críticas de la base más dura del trumpismo, pero también en símbolo de resistencia institucional.

“Soy un republicano conservador y estoy preparado para tomar decisiones difíciles. Seguiré la ley y la Constitución, siempre haré lo correcto para Georgia”, afirmó en su video de lanzamiento, donde destacó su fe cristiana y relató la tragedia personal de haber perdido a su hijo por adicción, comprometiéndose a combatir las drogas mortales en el estado.

El actual gobernador, Brian Kemp, no puede postularse a un tercer mandato. Raffensperger se enfrentará en las primarias republicanas a figuras como el vicegobernador Burt Jones y el fiscal general Chris Carr. En el campo demócrata destacan la exalcaldesa de Atlanta, Keisha Lance Bottoms, y el exvicegobernador Geoff Duncan, quien recientemente cambió de partido.

La campaña de Raffensperger también plantea posturas duras en temas culturales: promete prohibir la participación de mujeres trans en deportes femeninos, vetar cirugías y bloqueadores de pubertad para menores, eliminar el impuesto estatal sobre la renta y depurar lo que denomina “currículos radicales” en las escuelas.

Georgia, antiguo bastión republicano, se ha consolidado como un verdadero campo de batalla electoral, donde cada voto puede inclinar la balanza en 2026.