Jueza libera a acusados tras violenta redada federal en Chicago

CHICAGO — Un giro inesperado sacudió este jueves un polémico caso de inmigración en Estados Unidos. Una jueza federal desestimó con prejuicio los cargos contra Marimar Martínez y Anthony Ruiz, acusados el mes pasado de emboscar y embestir el vehículo de agentes federales durante una redada migratoria en Chicago. La decisión significa que el caso no podrá volver a reabrirse, cerrando uno de los episodios más tensos entre comunidades latinas y autoridades federales.
La resolución llegó luego de que el Departamento de Justicia (DOJ) solicitara abruptamente retirar la acusación, un movimiento que sorprendió incluso a la defensa. La jueza Georgia Alexakis aceptó la petición sin objeciones.
“Estamos aliviados por esta decisión”, dijo el abogado de Martínez, Christopher Parente, quien destacó que su clienta “no merecía ser baleada” y que ahora trabajarán para que “obtenga justicia”.
Martínez, de 30 años, recibió cinco disparos durante el incidente y agradeció públicamente a la jueza y a quienes la apoyaron: “Estoy feliz, agradecida y emocionada”.
Un caso que generó protestas y acusaciones cruzadas
Los hechos ocurrieron el 4 de octubre, cuando agentes de U.S. Customs and Border Protection (CBP) realizaban una operación de inmigración. Autoridades federales acusaron a Martínez y Ruiz de formar parte de un convoy de manifestantes que habría “acorralado” y “embestido” el vehículo de los agentes. DHS incluso los calificó inicialmente como “terroristas domésticos”.
CBP sostuvo que los disparos contra Martínez fueron en defensa propia, alegando que ella portaba un arma semiautomática y representaba una amenaza. Sin embargo, la defensa presentó pruebas que contradicen esa versión. Parente aseguró que Martínez tenía la pistola guardada en su bolso, con licencia y permiso de porte oculto, y que nunca fue retirada durante el incidente.
Además, el abogado afirmó haber visto un video de cámara corporal donde se observa que el vehículo federal habría girado hacia el automóvil de Martínez, lo que cuestionaría la narrativa inicial de los agentes.
Mensajes de texto bajo escrutinio
Otro elemento clave surgió durante las audiencias. El agente Charles Exum, señalado como quien disparó contra Martínez, fue interrogado sobre mensajes enviados a amigos donde parecía presumir su puntería, diciendo:
“Disparé cinco veces y ella tiene siete agujeros. Anótenlo, muchachos”.
Estos mensajes generaron dudas adicionales sobre el uso de fuerza por parte de los agentes y fueron solicitados formalmente por la defensa.
DHS mantiene su postura
Pese a la desestimación de los cargos, DHS reiteró que sigue considerando a Martínez y Ruiz como “terroristas domésticos”. No respondió sobre los mensajes del agente Exum ni sobre la evidencia en disputa, remitiendo todas las preguntas al Departamento de Justicia.
Un capítulo cerrado, pero con heridas abiertas
Para las comunidades latinas de Chicago, el caso dejó protestas, tensión y un debate sobre el uso de fuerza en operaciones migratorias. Aunque el DOJ aseguró que no reabrirá el expediente, la defensa adelantó que buscarán reparación para Martínez:
“Por ahora estamos agradecidos de que los fiscales hicieron lo correcto”, dijo Parente.
El cierre del caso no ha frenado las preguntas sobre la actuación de agentes federales durante las redadas migratorias, un tema que continúa generando preocupación en ciudades con alta presencia latina.






