La noche del lunes dejó escenas de terror en la Interestatal 95, en el centro de Florida, cuando una avioneta realizó un aterrizaje de emergencia en plena autopista y terminó estrellándose contra un vehículo en movimiento. A pesar del impacto, autoridades confirmaron que no se registraron fallecidos.

De acuerdo con el reporte oficial, la aeronave perdió potencia en ambos motores y el piloto se vio obligado a descender de inmediato sobre los carriles sur de la I-95. Durante la maniobra, el tren delantero golpeó un Toyota Camry y generó un estallido de chispas y escombros.

“De repente la rueda delantera golpeó el auto… simplemente cayó, chispas por todos lados, escombros volando”, relató James Coffey, testigo directo del accidente.

Tras el impacto, la avioneta se deslizó hasta detenerse contra el separador central. La conductora del Toyota, una mujer que viajaba sola, logró salir por sus propios medios del vehículo.

El pastor Bernard Wigley y su esposa Annie fueron de los primeros en llegar para auxiliar.

“Fue tan fuerte que solo en ese asiento ella pudo sobrevivir. Si hubiera tenido pasajeros, todos habrían muerto”, aseguró Wigley.

Annie, enfermera de profesión, brindó asistencia inmediata a la víctima.
“Estaba desorientada. Ni siquiera vio el avión frente a su auto. Pensó que la había chocado un tráiler”, explicó.

La mujer, cubierta de vidrios rotos, fue trasladada con heridas menores.
El piloto y su acompañante, ambos de 27 años, salieron ilesos.

Para quienes estuvieron en la escena, el resultado pudo ser devastador.
“Unos segundos antes o después y habría sido una catástrofe mayor”, advirtió Wigley.