Cómo las redes sociales pueden afectar la salud mental de adolescentes y jóvenes

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Si sólo tienes unos segundos, lee estas líneas:

  • Según estudios y expertos consultados, el uso intensivo de redes sociales nos puede afectar psicológicamente, en especial a los más jóvenes, que además son los que más tiempo pasan conectados.
  • Consumir contenidos que promueven trastornos de la conducta alimentaria o autolesiones puede fomentarlos y reforzarlos, y estar expuesto a vidas y cuerpos perfectos puede generar malestar, frustración o ansiedad.
  • La adolescencia es una edad crítica para esto: hay una búsqueda de la identidad y la necesidad de pertenecer a un grupo y ser validado, por lo que es esencial desarrollar una mirada crítica y un consumo responsable.

Mark Zuckerberg, fundador y CEO de Meta, pidió perdón el 31 de enero de 2024 a los padres de niños víctimas de abusos en redes que se suicidaron. “Lamento todo lo que han pasado”, les dijo en una comparecencia sobre seguridad infantil en plataformas ante el Senado participaron directivos de X (antes Twitter), TikTok Discard y Snap, y se abordó el papel de estas plataformas en los cánones de la imagen corporal y el suicido. Te explicamos cómo las redes sociales pueden afectar a la salud mental de adolescentes y jóvenes.

Las redes sociales pueden generar un uso abusivo y dependencia psicológica

“Las redes sociales fueron como una bomba nuclear en la vida social de los adolescentes“, afirma a NPR  Chris Said. Este científico de datos, que tiene un doctorado en psicología de la Universidad de Princeton y ha trabajado en Facebook y Twitter, no cree “que haya nada en la memoria reciente, ni siquiera en la historia lejana, que haya cambiado la forma en que los adolescentes socializan tanto como las redes sociales”.

TikTok, Instagram y Snapchat son las redes sociales más utilizadas por los estadounidenses de entre 13 y 17 años, según una encuesta del Pew Research Center. Estas tres plataformas son usadas por el 67% (TikTok), 62% (Instagram) y 59% (Snapchat) de estos adolescentes.

Aunque los 13 años suelen ser la edad mínima requerida utilizada por las plataformas de redes sociales en Estados Unidos, casi el 40 % de los niños de entre 8 y 12 años también las utilizan, según un aviso del director general de Salud Pública de Estados Unidos, Vivek Murthy, publicado en 2023.

Muchos adolescentes usan sus teléfonos durante varias horas al día. La manera en que estas plataformas presentan el contenido (stories en Instagram que se suceden sin que tengamos que hacer nada, videos que se deslizan con sólo un movimiento de dedo en TikTok o la reproducción automática en YouTube) hace que sigamos consumiéndolo. No se debe hablar de adicción a redes sociales a la ligera, pero sí que se pueden producir consumos abusivos y dependencia psicológica, según varias investigaciones.

Además, ese contenido no está ahí por casualidad. Aunque no está muy claro cómo funcionan los algoritmos de recomendación de las redes sociales y no son transparentes (las llamadas cajas negras), sí sabemos que se nutren del contenido que consumimos y buscamos, y que personalizan lo que nos ofrece la página de inicio en base a eso. Eso significa que puede que veamos cierto tipo de contenido una y otra vez, y si ese contenido nos está afectando psicológicamente… el impacto se multiplica e influye en nuestra salud mental, según los especialistas consultados.

En redes sociales hay contenidos que hacen apología de los trastornos de la conducta alimentaria, autolesiones y suicidio

En redes sociales como TikTok o Instagram hay videos relacionados con trastornos de conducta alimentaria (TCA) y la pérdida de peso peligrosa, y contenidos que romantizan las autolesiones y conductas suicidas (aunque las plataformas técnicamente los prohíben). Si uno acaba viendo un video o imagen de este tipo, los algoritmos de recomendación harán que la plataforma ofrezca este contenido “sin parar”, y una persona puede “acabar viendo videos y videos una y otra vez”, como explicó la psiquiatra infantil Beatriz Martínez a Maldita.es, medio cofundador de Factchequeado.

Jeanine Guidry, profesora asistente de la Universidad de la Mancomunidad de Virginia, cuenta al portal CNET que si bien hay redes sociales que bloquean algunas búsquedas relacionadas con el suicidio o autolesiones, puedes encontrar publicaciones relacionadas “si profundizas un poco más”.

El peligro de que estos contenidos pasen a formar parte del día a día de una persona es que se acaban tomando como algo normal, y pueden reforzar los síntomas de una depresión o un TCA, especialmente en adolescentes: “Uno lo ve ahí, con el punto frívolo de que sean, por ejemplo, a través de un baile viral de TikTok, y se normalizan. También permite conectar, que es algo que pasa sobre todo en la parte evolutiva del adolescente: la necesidad de pertenencia a un grupo”, indicó Martínez.

En el caso concreto de los TCA, la relación entre redes sociales y estos trastornos es algo ampliamente documentado en el ámbito científico. Hay investigaciones que concluyen que hay una fuerte relación entre el uso de las redes sociales y las preocupaciones alimentarias en adultos jóvenes de 19 a 32 años y también que, a mayor número de cuentas en redes sociales, hay mayores puntuaciones en conductas de TCA.

Una investigación publicada en la revista International Journal of Mental Health and Addiction en mayo de 2023 indica que las redes que provocan un mayor riesgo de desarrollar trastornos de la conducta alimentaria son aquellas en las que más se ve el físico de los usuarios. Instagram es la que más afecta a los adolescentes, según el estudio.

“Nos damos cuenta de que los adolescentes que atendemos por sospechas de TCA han usado ampliamente estas redes; de hecho, lo incluimos en la historia clínica”, constató a Maldita.es Montserrat Graell, presidenta del consejo directivo del Capítulo Hispanolatinoamericano de la AED (Academy for Eating Disorders).

Las redes sociales promueven una lógica exhibicionista y una cultura de la comparación ante vidas “perfectas” que puede generar malestar y depresión

Sin necesidad de que nos encontremos con los contenidos relacionados específicamente con TCA, en general las redes sociales promueven que estemos muy pendientes de nuestra imagen y nuestro cuerpo.

Algunos estudios indican que las redes sociales fomentan una lógica exhibicionista y una cultura de la comparación que afecta especialmente a los jóvenes y genera obsesión con el cuerpo.

En concreto, puede suceder con la figura del influencer o creadores de contenido. En muchos casos, estos perfiles muestran cuerpos y cánones de belleza normativos y vidas ideales, algo que acaba calando y repercutiendo en nuestra autoestima y autopercepción de forma negativa. “Muchos jóvenes se quedan atrapados en cánones inalcanzables que terminan volviéndose una gran carga de malestar, depresión, presión social y sufrimiento”, explicó Gabriela Paoli, psicóloga experta en el entorno digital. Esto puede derivar en un vacío existencial que les lleve a profundas depresiones o estados de ansiedad.

Un aviso del director general de Salud Pública de Estados Unidos indica que los niños y adolescentes que pasan más de 3 horas al día en las redes sociales tienen el doble de riesgo de sufrir problemas de salud mental y experimentar los síntomas de la depresión y la ansiedad.

Las plataformas no son ajenas a ello. En 2021 se hizo público un documento confidencial de Instagram en el que se admitía que esta red social daña la autoestima corporal de una de cada 3 adolescentes. “El 32% de las chicas adolescentes dijeron que, cuando se sentían mal con sus cuerpos, Instagram las hacía sentir peor”, señala el informe.

La adolescencia es una edad muy vulnerable para estar expuesto a las redes sociales

Los jóvenes buscan su identidad entre los 16 y los 24 años, dice Paoli: nos cuestionamos quiénes somos y cómo nos ven los demás. Por eso, la adolescencia es una edad frágil para estar expuesto en las redes. “Hay algo identitario que puede verse impulsado por las redes sociales: quiero que la gente me vea”, explicó a Maldita.es Aurora Gómez, psicóloga clínica especializada en comportamientos digitales. Es algo que además puede favorecer una obsesión por nuestro cuerpo o un TCA. Como un adolescente tiene poco control sobre su vida (es menor de edad y está bajo la tutela de sus padres o tutores), “al menos tienen control sobre su cuerpo”, añade la psicóloga.

Además, hay una presión de grupo por estar en las redes sociales y sentir una sensación de pertenencia, como adelantaba antes Martínez. Snapchat cuenta con una función que te permite compartir tu ubicación con tus amigos en un mapa. Desde Cybersmile Foundation, una organización que trata de prevenir el ciberacoso y el abuso digital, alertan de que con esta función otras personas podrían rastrear tus movimientos. Algo que, según algunos expertos, podría permitir a los depredadores sexuales localizar a menores y facilitar el ciberacoso.

El efecto psicológico de estar expuestos a vidas perfectas y los mecanismos de engagement (interacción de los usuarios sumada al tiempo que pasan dentro de ellas) de las redes sociales para que invirtamos más tiempo utilizándolas es algo que afecta a usuarios de cualquier edad.

Controlar el tiempo que pasamos conectados y fomentar el espíritu crítico es vital para reducir el efecto en nuestra salud mental

Como es difícil escapar de la buena sensación que genera ser reconocidos y aprobados a través de likes e interacciones, te dejamos algunos consejos para configurar el teléfono y limitar el tiempo que pasamos usando aplicaciones y redes sociales.

Claro, si el que tiene en las manos el celular es un menor de edad, puede ser más difícil autoimponerse limitaciones. Para ello, existen las aplicaciones de control parental y también recordamos que hay una edad mínima para que un menor pueda abrirse un perfil en redes sociales (aunque no todas las plataformas lo controlan de manera fiable).

Las investigaciones aún no saben con certeza qué aplicaciones o funciones de las redes sociales tienen determinados efectos sobre la salud mental. “No tenemos evidencia suficiente para decirles a los padres que se deshagan de una aplicación en particular o que la cierren después de un número determinado de horas”, dijo Sophia Choukas-Bradley, psicóloga y directora del Laboratorio de Adolescentes y Adultos Jóvenes del Universidad de Pittsburgh, a The New York Times.

En cualquier caso, los expertos consultados insisten en la importancia de prevenir, enseñar a tener una mirada crítica frente a lo que encontramos en redes sociales y transmitir a los jóvenes la importancia de hacer un consumo responsable y no abusivo. Es lo que recuerda Laura Cuesta, experta en cibercomunicación, nuevos medios y en la prevención y el tratamiento de adicciones en adolescentes y jóvenes: la mejor forma de prevenir es “fomentar la autoestima y el espíritu crítico“.

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