Corte frena intento de Trump de bloquear ayudas alimentarias

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La incertidumbre que rodeaba a millones de familias estadounidenses que dependen del programa de asistencia alimentaria SNAP tuvo un respiro el domingo por la noche, cuando la Corte de Apelaciones del Primer Circuito de Estados Unidos negó el intento del gobierno de Donald Trump de bloquear la entrega total de los fondos correspondientes a noviembre.

El tribunal respaldó la decisión previa de un juez de distrito, quien había determinado que “la abrumadora evidencia de un daño generalizado” si se suspendían los pagos superaba cualquier posible perjuicio al gobierno o a los programas de nutrición infantil.

La resolución representa un alivio para los más de 42 millones de beneficiarios que dependen del SNAP —el principal programa federal contra el hambre— para poder comprar alimentos básicos. En medio de un invierno que se aproxima y un cierre parcial del gobierno que ha puesto en riesgo la continuidad de varias ayudas sociales, la noticia se recibió con esperanza y alivio en hogares de todo el país.

Aun así, la batalla legal no ha terminado. Se espera que la administración Trump presente una nueva apelación ante la Corte Suprema, prolongando el enfrentamiento judicial sobre un programa vital para millones de personas. La jueza Ketanji Brown Jackson, integrante del máximo tribunal, había emitido el viernes una orden temporal que bloqueaba la decisión del tribunal de distrito hasta que la Corte de Apelaciones se pronunciara.

El lunes, Jackson ordenó al gobierno informar antes de las 11 de la mañana si planea seguir intentando suspender los fallos de tribunales inferiores. De hacerlo, deberá presentar su solicitud antes de las 4 de la tarde. Las organizaciones demandantes —una coalición de ciudades y grupos sin fines de lucro— deberán responder antes de las 8 de la mañana del martes.

Mientras tanto, el juez John J. McConnell Jr., de Rhode Island, había instruido al gobierno federal a liberar el pago completo de los beneficios de noviembre, utilizando fondos disponibles para garantizar que las familias más vulnerables no pasen hambre durante la paralización del gobierno.

La situación refleja una vez más la fragilidad de millones de hogares estadounidenses que viven al límite, dependiendo de la ayuda pública para mantener comida en la mesa. Aunque el fallo judicial brinda un respiro temporal, el futuro del SNAP sigue siendo incierto mientras el debate político se intensifica en Washington.

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