“Es una herramienta de supervivencia que tengo que darles [a los niños] para su futuro.”

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Foto crédito Daniela Cintrón.

Programa de becas ayuda a las familias latinas a recibir clases de natación vitales.
BY DANIELA CINTRON

Marcela Cruz-Baltazar llegó a la piscina Oakhurst de Decatur con sus tres hijos a principios de agosto un domingo por la tarde para su primera clase de natación.

Ángel Orocio, de 7 años, seguía a su mamá con cara de nerviosismo, mientras Noelia, de 11, iba detrás de ellos sujetando de la mano a su hermano Uriel, de tres años. Llevaban meses esperando este momento. “Para mí es importante que mis hijos aprendan a nadar, y por fin estamos aquí para que empiecen sus clases,” dijo Marcela.

En Georgia, este año han muerto ahogados al menos tres menores de 17 años, según los datos enviados por la Oficina de Investigación de Georgia a 285 South. En 2023 hubo 25 víctimas, y el año anterior murieron 19 niños. En todo el país, el ahogamiento es la principal causa de muerte entre los niños y niñas de uno a cuatro años de edad, y la segunda entre los de cinco a 14 años.

La natación, dice Marcela, es una “herramienta de supervivencia que necesito darles [a los niños] para su futuro”.

Las clases reglamentadas de natación reducen el riesgo de ahogamiento en un 88%, pero debido a los costos, la educación de la natación puede estar fuera del alcance de las familias que más la necesitan. El 79 por ciento de los niños de familias con un nivel de ingresos inferior a $50,000 al año no saben nadar o saben muy poco, y las comunidades afroamericanas y latinas son las más afectadas.

En marzo, la Georgia Water Safety Alliance (GAWSA), una organización sin fines de lucro dedicada a prevenir los accidentes por ahogamiento, puso en marcha un programa de becas en colaboración con SwemSchool y Trebol Media Group, para impartir clases de natación gratuitas a familias latinas de bajos recursos.

Marcela fue una de las 150 personas que aplicaron.

“Si no fuera por estas becas, no hubiéramos podido hacerlo ahorita,” dijo, parada junto a sus hijos mientras esperaban ansiosos empezar la clase. “Sobre todo porque tengo tres hijos y es más difícil.”

“Si no fuera por estas becas, no hubiéramos podido hacerlo ahorita. Sobre todo porque tengo tres hijos y es más difícil.” – Marcela Cruz-Baltazar, Residente de Chamblee.

La demanda de clases gratuitas superó las expectativas de la GAWSA. A la hora de seleccionar a los participantes, la organización tomó en cuenta la necesidad económica, el acceso a transporte y el compromiso de asistir a las clases de uno o dos meses. GAWSA espera recaudar fondos suficientes para conceder más becas y proporcionar gratuitamente gafas de protección, trajes de baño y gorros de natación a las familias.

Los niños toman lecciones con SwemSchool. Foto cortesía de SwemSchool.

Los niños toman lecciones con SwemSchool. Foto cortesía de SwemSchool.

Los niños toman lecciones con SwemSchool. Foto cortesía de SwemSchool.

Los hijos de Marcela no son ajenos al agua: son visitantes habituales de una piscina pública en Doraville donde, por 11 dólares, toda la familia puede disfrutar de un rato en el agua. “Se pasarían allí todo el día si por ellos fuera.” dice Marcela.

El domingo, los nervios de Noelia y Ángel se convirtieron rápidamente en emoción mientras se ponían el traje de baño y esperaban sentados junto a la alberca a que les asignaran un instructor. Uriel, de tres años, los miraba con los ojos llenos de lágrimas. “Le gusta mucho el agua, como a mí,” dijo Marcela. Le prometió que encontraría la forma de conseguir fondos para cubrir las clases de natación para él también.

Las becas están destinadas a niños de cinco años en adelante, hasta la edad adulta, y las clases se imparten en las instalaciones de SwemSchool de toda la ciudad.

¿Interesada en solicitar una beca para clases de natación? Regístrate aquí.

“Muchos adultos se han limitado, diciéndole a sus hijos que le teman al agua,” afirma Sears.

Marcela creció en el pueblo de Juquilla, en Oaxaca, México. Cuenta que desde muy pequeña iba a un río cercano con su familia para pescar o refrescarse. “Si pasa algo, tu vida puede depender de que si sabes nadar o no, así que tienes que saber qué hacer,” explica.

En julio, 100 niños latinos habían recibido becas y se habían matriculado en clases de natación.

Marcela, Ángel, Noelia y Uriel en Oakhurst Pool. Crédito de la foto: Daniela Cintrón.

Marcela, Ángel, Noelia y Uriel en Oakhurst Pool. Crédito de la foto: Daniela Cintrón.

Este artículo fue publicado por primera vez por 285 Sur, una publicación dedicada a las comunidades de inmigrantes y refugiados de Atlanta.

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