Homenaje a Nuestra Madre: Pilar de Cinco Generaciones
Olga Aristizabal
Por Olga Aristizabal
Escritora colombiana
El 10 de mayo no es solo un día más en el calendario. Este año, es una fecha doblemente sagrada para nuestra familia. Celebramos con profundo amor y admiración los 80 años de vida de nuestra madre, nuestra guía, nuestra raíz, en el mismo día en que honramos a todas las madres del mundo. Hoy rendimos tributo a una mujer valiente, sabia, y llena de una luz que ha iluminado a cinco generaciones.
Madre, tu existencia ha sido una bendición para todos los que tenemos el privilegio de llevar tu sangre y, más aún, para quienes te hemos sentido como el corazón que late en el centro de nuestra familia. Has sido madre, abuela, bisabuela y ahora tatarabuela. Un honor reservado para muy pocas, pero merecido para ti, que sembraste vida con amor, constancia y fe.
Tu historia es la de una mujer fuerte, que con las manos llenas de ternura y el alma firme como la tierra que te vio nacer, levantó un hogar y lo transformó en un refugio. Supiste cuidar, guiar, corregir y amar con la misma energía con la que enfrentaste los desafíos de la vida. Nunca te rendiste. Nos enseñaste con el ejemplo que la familia es sagrada y que el amor es el idioma que se habla en todos los rincones de una casa unida.
Eres la patriarca de una familia longeva, una matriarca que ha sido testigo de los frutos de su entrega: hijos que te honran, nietos que te admiran, bisnietos que te rodean de ternura y una tataranieta o tataranieto que hereda el legado de tu fortaleza y dulzura. ¡Qué hermoso es ver cómo tu historia se prolonga en cada nuevo rostro que llega al mundo!
Hoy queremos decirte, con palabras nacidas del corazón, cuánto te amamos. Que cada arruga en tu rostro es un poema de vida, cada cana una lección de paciencia, y cada abrazo tuyo una medicina que nos sana el alma. Eres el tronco firme del árbol genealógico que florece gracias a tu presencia.
Celebrarte hoy es agradecerle a la vida por permitirnos aprender de ti. Gracias por ser madre en el sentido más completo: protectora, compañera, maestra, consejera. Gracias por entregarnos tanto sin esperar nada a cambio, por estar siempre ahí, firme, incluso en los momentos más difíciles.
Hoy alzamos nuestras voces en honor a ti, madre de todas las madres, reina de nuestra historia familiar, tatarabuela bendecida. Que este día esté lleno del amor que nos enseñaste a dar y recibir. Que el cielo te siga regalando salud, y que la vida te abrace tanto como tú nos has abrazado todos estos años.
Feliz cumpleaños, feliz Día de las Madres. Te amamos infinitamente.
