LA HISTORIA DE CLAUDIA, REFUGIADA EN UNA IGLESIA

En agosto del año 2015, cuando trabajaba como editora general de un diario local, cubrí la historia de una Centroamericana quien rompió el monitor de su tobillo (GPS) impuesto por las autoridades de remoción migratorias y, decidió quedarse en Estados Unidos. Su historia fue cubierta por todos los medios y en distintos ángulos de la noticia. Este caso concitó el interés nacional por el realismo de los hechos y la tensión migratoria.
Claudia Jurado, una salvadoreña indocumentada, estaba embarazada de su tercer hijo cuando decidió refugiarse con sus dos niños pequeños en la Misión Católica Nuestra Señora de las Américas en Lilburn.
La parroquia Católica, era uno de los tantos lugares santuarios, donde los agentes migratorios NO podían ingresar, detener y a consecuencia, deportar a la Madre migrante quien tenía una orden de deportación.
Claudia atribuía su decisión de quedarse en Georgia porque “no era una criminal” y porque buscaba ansiosamente ser perdonada por ICE al atravesar la frontera y su gran deseo -decía- era “trabajar honradamente en éste país”.
Con las nuevas medidas anunciadas por el Departamento de Seguridad Nacional este 21 de enero del 2025, es probable, que estos lugares de Fe, se vuelvan franqueables a la incursión de agentes federales.
Pero, veamos qué sucede. No nos alarmemos. Imagino que las organizaciones pro Inmigrantes no se quedarán de brazos cruzados.
Por lo pronto, y es seguramente una recomendación personal, evita tomar decisiones erradas como por ejemplo conducir en estado de embriaguez o utilizar documentos fraguados de otras personas para trabajar.
¡Es un delito!
En fín, parece que los periodistas no tendremos descanso.
Espero que la señora Claudia, donde quiera que esté haya solucionado su estado migratorio.
Espero que el panorama no sea desolador para migrantes de buen carácter moral. Espero que los delincuentes y prófugos no se queden un solo día en Estados UNIDOs.
Irene Díaz-Bazán
Prensa Atlanta

