Las claves de supervivencia para los negocios en una economía con profundas debilidades

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Silvio Varrone reflexiona sobre el impacto de la pandemia en el ecosistema emprendedor. Describe a la economía argentina como “una rareza total” donde conviven tres cepos y advierte que cuanta más cuarentena haya mayor será la caída de la actividad. 

La capacidad de adaptación y de lectura del escenario pospandemia, junto con la planificación, serán cuestiones centrales para el mundo de los negocios, más allá de la característica individual de cada empresa o emprendedor. “Cuanta más cuarentena se ponga a la rueda económica, la caída será más grande”, advierte el empresario Silvio Varrone, quien describe a la economía argentina como de una “rareza total” donde conviven tres cepos. Su reflexión y análisis se enfocan en cómo hacer negocios en un país que se convirtió en una “fábrica de pobreza”.

Su mirada se ubica siempre dentro de un contexto global, conectando a las partes dentro de un todo, porque “nada funciona aislado”. “Las empresas no operan en el vacío, sino en un ecosistema que las influencia todo el tiempo. Veo un mundo con muchos problemas, pero con una capacidad de reacción nunca vista. El cúmulo de conocimiento es increíble”, subraya.

Previo a su disertación sobre estrategia y liderazgo en la virtualidad, en una jornada virtual organizada por Praktika (ver página 11), el empresario dialogó con NORTE y abordó los desafíos para los negocios en un nuevo escenario nacional y global de pos-pandemia.

De profesión contador público, con una maestría en Administración, durante gran parte de su carrera Varrone estuvo vinculado al mundo de las empresas. Hasta hace dos años fue director del Grupo Musimundo y ahora está abocado a la consultoría empresaria. Entre otras actividades, desarrolla en la actualidad un soft para ayudar a las empresas a proyectar escenarios.

En un país que describe con debilidades estructurales (pobreza creciente, presión impositiva con un esquema regresivo) y otras de coyuntura (cepo al dólar y distorsiones en los precios), advierte que este año “habrá una mortandad de 60 mil empresas y se crearán unas 30 mil, o sea que el saldo es negativo”. “Es muy difícil hacer negocios. Pero el emprendedor trata de abrirse camino. Este país, con todos estos vaivenes, le da al empresario y al emprendedor una capacidad y un margen de maniobras nunca visto, porque tienen una gimnasia para estar atentos a infinidad de variables y navegar en este mundo tan negativo. Queda tratar de no morir en el intento”, reflexiona.

Cuatro aspectos relevantes

Desde una perspectiva amplia, el empresario da cuenta de aspectos claves para la supervivencia: “Toda empresa se debe a sus clientes, en cualquier sector. Hay un cliente al cual satisfacer y tenés que lograr que siga confiando. Ese es el foco”, cita como primer punto.

Otro aspecto es lo que llama “el momento de sincerar las cosas”. “Toda empresa, por más chica o grande que sea, debe preguntarse y validar su razón de ser. Es decir, para qué estoy, qué veo hacia adelante. Preguntarme si mi empresa tiene viabilidad en el sentido de si aporta algo a la economía. Y hay que ser realista. Si una empresa no tiene sentido, hay que pensar en otra alternativa”, resalta.

Un tercer aspecto es “navegar en dos planos: en el día a día, con el ojo y el brazo izquierdo; y en el mediano plazo, con el ojo y brazo derecho”. “Necesariamente, toda empresa en la escala que esté, debe ir mirando y gestionando el día a día y, por otro lado, ir mirando el mediano plazo, es decir, un año y medio para adelante. Hay que ir viendo al mismo tiempo esas dos facetas de la realidad porque toda empresa necesita planificación”, traza.

Luego, destaca: “Argentina tiene enorme talento. Gente muy bien formada y con espíritu emprendedor, que lucha contra un ambiente algo hostil. Pero no se apaga nunca el espíritu emprendedor. La economía vive por el surgimiento y desarrollo de las empresas, que son el motor”.

En otro plano, advierte como un gran problema el tamaño del Estado en Argentina. “En los últimos 20 años no paró de crecer. Debe haber aumentado su tamaño entre 30 y 40%, en detrimento de la economía privada. Un Estado de este tamaño para un país así es inviable. Encima, un Estado que no tiene eficiencia”, sostiene, y contrasta con los Estados europeos donde hay formaciones y carreras para los funcionarios públicos. “Hay profesionalismo en el manejo del Estado, algo que acá no existe”, afirma.

Caída y rebote

 

En un marco global, Varrone recuerda que “Argentina viene con problemas serios en su diseño de país y en su diseño económico desde hace décadas”. Y es así como el país ingresa a la pandemia “con una economía muy debilitada”. “La reacción parecía buena desde lo sanitario, pero esto tiene final abierto todavía. Lo que parecía una situación controlada, cambia todos los días”, describe.

Más allá del costado sanitario, para el empresario el plano económico está un poco más claro: “Economistas y especialistas coinciden en que la caída del nivel de actividad en 2020 será grande. Se habla de un descenso del 12% del PBI, similar al de 2001”. Sin embargo, resalta que aún “no se ven coincidencias en cómo rebotará el nivel de actividad”.

Así, destaca que “hay sectores que están rebotando y empezando a construir el esperado repunte hacia 2021”. “Hay que entender que la economía argentina es una rareza total y convive hoy con tres cepos: el cepo al dólar; el cepo económico a los precios que ayuda a que la inflación no se dispare, con una gran cantidad de productos de la canasta básica dentro de Precios Máximos, otros precios de servicios y tarifas congelados, un tercio de productos con libertad en sus precios y una parte de las actividades planchadas, que no mueven sus precios como el turismo y hotelería; y el cepo a las personas, porque no hay libre circulación y entonces el consumo está restringido”, refleja a modo de pantallazo de la realidad local.

En el plano de las perspectivas, indica que para 2021 no existen coincidencias sobre cómo será el rebote de la actividad económica en el país: “La V, es decir una caída fuerte y un rebote, no se daría en Argentina. Algunos hablan de una caída y luego una suba lenta. Pero hay coincidencias en que nadie ve un efecto rebote tipo L, es decir una caída y luego quedarse en una meseta sin rebote”. “Se habla de un rebote del 6-7% en la economía argentina”, repasa y agrega, tomando en cuenta que la economía es una ciencia social que cambia según los hábitos de las personas: “Si el gobierno cambia sus políticas, las proyecciones también cambiarán”.

Luego, recuerda que la caída de la economía en el país “será una de las más altas”, que podría duplicar a la de Brasil, país que en lo sanitario tomó medidas distintas a las de Argentina, sin tantas restricciones a las actividades, y se prevé que termine descendiendo un 6% su PBI en 2020, acompañando la media mundial.

 

“No hubo una coordinación global”

 

El contexto en el que reflexiona Varrone es lo que define como un mundo globalizado e hiperconectado, donde los acontecimientos no reconocen fronteras ni distancias y repercuten de una punta a la otra del mundo en poco tiempo.

“Ante la pandemia, el mundo tuvo distintas reacciones. Europa lo hizo de una manera tanto en lo sanitario como en los estímulos económicos a las empresas, y allí dentro los países lo hicieron de diferentes formas también. Estados Unidos reaccionó de otra manera, China y Asia también a su manera. No hubo en el mundo una coordinación global, sino reacciones de diferentes lugares, cada país tomando sus propias decisiones y tomando sus propios análisis sobre cómo enfrentar la pandemia”, expone.

Resalta que “el mundo desarrollado tiene recursos que los países emergentes no tienen”. En ese punto, repasa datos sobre la letalidad del coronavirus, que según estadísticas oficiales está bajando y se ubica en torno al 2%. Sin embargo, marca que “muchos estudios” están indicando que la cantidad de infectados a nivel mundial es superior a la que figura en los registros y, por tanto, la letalidad de la enfermedad se ubicaría en torno al 1%.

Tras ese marco sanitario, Varrone repasa indicadores económicos. “Hubo una fuerte caída del PBI mundial en torno al 20-25%, pero ya hay una reacción y una recuperación. Se habla de que, en 2020, globalmente el PBI caerá un 6%”, destaca sobre el efecto “rebote” de la actividad.

Así, el empresario advierte: “Está claro que, cuanta más cuarentena se ponga a la rueda de la economía, la caída es más grande. La matriz económica es compleja y está diseñada para que ruede, los flujos de dinero van de un lado a otro y, donde se traba, altera el sistema e implica una abrupta caída”.

Emprender en un país que es una “fábrica de pobreza”

Para Silvio Varrone, la economía nacional “es difícil de definir”. “En los últimos 40 años, la Argentina ha sido una perfecta fábrica de producir pobreza, sin ánimo de estigmatizar a nadie. Hace 40 años la pobreza rondaba el 10% y hoy, si somos optimistas, llega al 35% o más. En ese tiempo, la economía, la política y los argentinos hemos fabricado pobreza en grado extremo. Todos somos responsables. El país se ha empobrecido”, define.

En ese contexto subraya que “hacer negocios y ser emprendedor es extremadamente difícil”. Entre los factores relevantes que dan razón a esa realidad menciona que el país “no tiene moneda”. “La moneda es una unidad de cuenta, que sirve para comparar. Es una variable que sirve para hacer transacciones y es reserva de valor. Acá solo sirve para hacer transacciones”, indica.

Otro factor es el “laberinto de la matriz impositiva”. Allí subraya que existen alrededor de 170 impuestos entre nacionales, provinciales y municipales que “atraviesan el mundo de los negocios y lo hacen inviable”. “Argentina es uno de los países con la presión impositiva más alta y regresiva del mundo. No obstante, hay emprendedores que apuestan y tratan de hacer que sus empresas rueden”, pondera.

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