No, la vacuna de Pfizer contra el COVID-19 no causa “turbo cáncer”

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No, la vacuna de Pfizer contra el COVID-19 no causa “turbo cáncer”

La vacuna de Pfizer contra el COVID-19 no causa “turbo cáncer”

Si sólo tienes unos segundos, lee estas líneas:

    • Contenidos en redes dicen que la vacuna contra el COVID-19 contiene partes de la secuencia de un virus, el SV40, “que provoca turbo cáncer”.
  • La vacuna de Pfizer se hace con algunos fragmentos del código genético del SV40, pero eso no quiere decir que el virus esté en ella. Tampoco tiene capacidad de causar cáncer ni “turbo cáncer”.

“Turbo cáncer” no es un término médico o científico, sino un concepto acuñado por grupos antivacunas

Circulan en redes sociales algunos contenidos que indican que la vacuna contra el COVID-19 de Pfizer contiene partes de la secuencia de un virus, el SV40, “que provoca turbo cáncer”. La vacuna de Pfizer se hace con algunos fragmentos del código genético del SV40, pero eso no quiere decir que el virus esté en ella, como te hemos explicado en profundidad en esta nota de Factchequeado. Tampoco tiene capacidad de causar cáncer ni “turbo cáncer”. De hecho, “turbo cáncer” no es un término médico o científico que indique un problema de salud específico o síndrome, sino un concepto acuñado por grupos  antivacunas.

La vacuna de Pfizer no causa “turbo cáncer”

“Turbo cáncer” no aparece en la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11) y en repositorios de literatura científica como PubMed o Google Scholar únicamente aparece como ejemplo desinformación, malas prácticas éticas o citado expresamente para desvincularse de este término.

Según explica la página Science-Based Medicine, no es la primera vez que se intenta vincular maliciosamente las enfermedades oncológicas con una vacuna. Las de la polio, precisamente, sufrieron contaminaciones con SV40 en el 10-30% de sus viales distribuidos entre 1955 y 1963, explican los CDC, encargados del control de enfermedades. Esto alimentó rumores que relacionaban estas vacunas con la capacidad de aumentar el riesgo de cáncer. Numerosa literatura científica ha comprobado, décadas después, que las vacunas supuestamente contaminadas no aumentaron los índices de cáncer.

No hay evidencias de que la vacuna contra el COVID-19 tenga “dentro” el virus SV40, como te hemos contado en Factchequeado. Brett Lindenbach, profesor asociado de Patogénesis Microbiana y de Medicina Comparada de la Escuela de Medicina de Yale, aseguraba a Factchequeado que “la vacuna de Pfizer no contiene ningún fragmento causante de cáncer del SV40”.

David Gorski, profesor de Cirugía y Oncología en la Universidad Estatal de Wayne (Estados Unidos) y autor de la web Science-Based Medicine, explica que el término “turbo cáncer” se emplea en narrativas antivacunas haciendo referencia a un supuesto “aumento excesivo” de los casos de cáncer por la vacunación; o casos singulares de pacientes que desarrollan un tipo de cáncer agresivo después de recibir una vacuna COVID-19, confundiendo correlación con causalidad.

Otros verificadores de la International Fact Checking Network (IFCN) han desmentido narrativas que emplean el término “turbo cáncer”: Reuters Fact Check, FactCheck.org o USA Today.

No hay evidencias de que la vacuna contra el COVID-19 aumente el riesgo de cáncer

Algunos de estos contenidos indican que en los últimos años se ha producido un “aumento inexplicable del cáncer”. De hecho, algunas publicaciones adjuntan capturas de pantalla de noticias sobre el incremento de casos de algunos tipos de cáncer entre los jóvenes.

Para abordar ese “aumento del cáncer”, acudimos a una revisión publicada en la revista científica Nature en septiembre de 2022. Este trabajo concluye que la incidencia de ciertos tipos de cáncer de aparición temprana (diagnosticados antes de los 50 años) ha aumentado en varios países durante las últimas décadas, en parte por el mayor uso de programas de detección, según los autores. En ningún momento se cita a las vacunas COVID-19 entre las posibles razones. También parecen haber influido “los cambios en la dieta, el estilo de vida, la obesidad, el medio ambiente y el microbioma”.

No hay evidencias de que las vacunas contra el COVID-19 aumenten el riesgo de cáncer, ni la de Pfizer ni ninguna de las aprobadas, según explica el Instituto del Cáncer de Estados Unidos. Aparte de esta falta de evidencias, las vacunas contra el COVID-19 no tienen capacidad de modificar el código genético de una persona.

Las vacunas contra el COVID-19 son seguras y efectivas y fueron evaluadas en varios miles de participantes de ensayos clínicos, como indican los CDC.

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