Padre casi muere baleado tras intento de robo, va a una comisaría y termina detenido por ICE en Iowa
- Una jueza de inmigración niega fianza al hombre, quien había sobrevivido a un tiroteo y ahora enfrenta un proceso de deportación.
IOWA CITY, Iowa — La historia de Felipe de Jesús Hernández Marcelo, un padre soltero de 28 años originario de México, ha generado controversia en Iowa y a nivel nacional: sobrevivió a un violento intento de asalto en Muscatine, acudió a la policía en busca de ayuda y terminó bajo custodia de las autoridades migratorias.
El miércoles, una jueza de inmigración determinó que Hernández permanecerá detenido sin derecho a fianza mientras avanzan los procedimientos de deportación, pese a que sus abogados argumentan que es víctima de un crimen y testigo clave en el juicio contra sus agresores.
El caso comenzó el 21 de junio, cuando Hernández fue baleado en la muñeca y el muslo durante un robo. Una rápida intervención médica le salvó la vida. Días después, acudió a la comisaría local para recuperar su coche y pertenencias, pero la policía lo arrestó debido a una orden pendiente por multas de tráfico. Horas más tarde, fue entregado a agentes de ICE.
Desde entonces, Hernández permanece bajo custodia, separado de su hijo de 9 años y sin poder continuar con las terapias de rehabilitación para su pierna. También perdió el empleo en construcción que sostenía a su familia.
Su abogada, Emily Rebelskey, defendió en audiencia que su cliente no representa peligro para la comunidad ni riesgo de fuga, y que está en proceso de solicitar una visa U, destinada a víctimas de delitos que colaboran con las autoridades. “Hay amplia evidencia de que no es un riesgo de fuga”, señaló.
Sin embargo, la jueza Alexandra Larsen consideró que la posibilidad de que Hernández obtenga la visa es incierta y lo calificó como un riesgo, citando violaciones previas a la ley, como conducir con licencia suspendida.
El caso ha reavivado el debate sobre la política migratoria actual. ICE eliminó en enero la norma que protegía a víctimas de delitos de ser deportadas, lo que ha provocado un aumento de detenciones similares.
Mientras tanto, uno de los atacantes de Hernández ya se declaró culpable y otro espera juicio. El propio Hernández, convertido en testigo esencial del caso, sigue luchando por no ser deportado antes de que se haga justicia por el crimen que casi le cuesta la vida.
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