Qué es la salmonelosis y qué podemos hacer para evitar sus síntomas

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Si sólo tienes unos segundos, lee estas líneas:

  • En Estados Unidos la Salmonella es la causa más común de las enfermedades transmitidas por alimentos, según Medline Plus.
  • Las personas con salmonelosis suelen experimentar fiebre, diarrea, náuseas, vómitos y dolor abdominal. Si sospechas que puedes estar infectado, es aconsejable que acudas a un profesional de la salud.
  • Para limitar la transmisión de salmonelosis, los CDC recomiendan lavarse las manos con agua corriente limpia y jabón antes y después de manipular alimentos, desinfectar superficies y limpiar los utensilios de cocina.

La salmonelosis o infección por bacterias del género Salmonella es una enfermedad bacteriana frecuente del aparato intestinal. Dado que el microorganismo que la causa vive en intestinos de animales y humanos (liberándose, por tanto, mediante las heces), el origen más común de la infección es el contacto o consumo con agua o alimentos contaminados. Te explicamos cómo evitar esta infección.

Qué síntomas experimentan las personas con salmonelosis

Las personas sanas infectadas por Salmonella suelen experimentar fiebre, diarrea (que puede ser con sangre), náuseas, vómitos y dolor abdominal, según la FDA. En raras circunstancias, esta infección “puede provocar que el organismo ingrese al torrente sanguíneo y produzca enfermedades más graves, como infecciones arteriales, endocarditis (una inflamación rara de la membrana dentro de las cámaras y válvulas del corazón) y artritis”.

Los síntomas suelen aparecer entre 12 y 72 horas después de ingerir alimentos contaminados y suelen durar de 4 a 7 días sin un tratamiento específico. Desde la Clínica Mayo explican que en algunos casos, la diarrea asociada a la infección “puede deshidratar hasta el punto de requerir atención médica”.

La FDA, encargada del control de alimentos, en ocasiones aconseja retirar del mercado algunos productos y evitar consumirlos para prevenir posibles brotes de salmonelosis. Además, recomienda a aquellos consumidores que tengan síntomas contactar con su proveedor de atención médica.

Consejos para evitar la salmonelosis

En Estados Unidos la Salmonella es la causa más común de las enfermedades transmitidas por alimentos, según Medline Plus, el servicio de la Biblioteca Nacional de Medicina de este país.

Para limitar la transmisión de salmonelosis, los CDC, encargados del control de enfermedades, recomiendan lavarse las manos con agua corriente limpia y jabón durante 20 segundos antes y después de manipular alimentos, especialmente después de tocar huevos, carnes, carne de ave (como pollo y pavo) o pescados y mariscos crudos o poco cocidos, o sus jugos.

También aconseja desinfectar superficies y lavar utensilios que utilizamos en la cocina: tablas de cortar, platos, cubiertos… Lo ideal sería hacerlo con agua caliente y jabón, haciendo especial hincapié si han estado en contacto con los alimentos de riesgo que mencionábamos, como recuerdan los CDC. La contaminación indirecta también puede ocurrir si un alimento cocinado se almacena en la misma nevera que uno crudo.

¿Y al cocinar?

También hay alguna que otra recomendación concreta a la hora de ponerse manos a la obra en la cocina para evitar la salmonelosis. Por ejemplo: no cocer huevos a la vez, en la misma olla, junto a otros alimentos, debido a “toda la suciedad que tiene el huevo en la cáscara”, como señalan varios dietistas-nutricionistas y tecnólogos de los alimentos a Maldita.es, medio cofundador de Factchequeado.

Tampoco es seguro hacerlo habiéndolos lavado antes. De hecho, ni en esta ni en cualquier otra situación se aconseja lavar los huevos, ni siquiera si vemos heces o paja en la cáscara, ya que los contaminantes pueden traspasar la cáscara y su barrera protectora con el agua.

Lo mismo pasa con la carne de pollo y de otras aves de corral: puede estar contaminada por diferentes bacterias, virus y parásitos culpables de enfermedades como la salmonelosis, pero también la listeria o infecciones por Campylobacter, Yersinia o E coli si las consumimos. Para deshacernos de estos microbios, es vital cocinarla a una temperatura suficiente (70ºC). Esto es importante porque cada año cerca de un millón de personas se enferman por consumir pollo que está contaminado con microbios dañinos, según los CDC.

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