UN AÑO SIN LAKEN RILEY

Por: Irene Díaz-Bazán
Era una joven llena de vida quien solía ejercitarse en el campus de la Universidad de Georgia, UGA. Ella era Laken Riley, la estudiante de enfermería de 22 años de edad brutalmente asesinada por un delincuente con antecedentes. Su muerte fue noticia en todo el mundo y condujo a la aprobación de la Ley Laken Riley. Ese proyecto de ley fue el primero que el presidente Trump aprobó tras asunir su mandato en enero de este año. Su violenta muerte se convirtió en un tema durante la campaña presidencial, lo que desató un debate sobre la inmigración ilegal y la presencia de los indocumentados en suelo estadounidense.
Hoy, las leyes contra extranjeros sin estatus legal son muy estrictas. El asesinato de Riley también provocó una acción en el Capitolio de Georgia con la aprobación del Proyecto de Ley de la Cámara de Representantes 1105.
Esta normativa requiere que las fuerzas del orden de Georgia notifiquen a las autoridades federales cuando se arreste a inmigrantes ilegales. También obliga a las fuerzas del orden locales a verificar el estatus migratorio de los detenidos. El gobernador, Brian Kemp, lo convirtió en una prioridad después de lo que llamó la “muerte sin sentido” de Liken Riley. Prensa Atlanta destaca este caso como un hecho inolvidable y atroz, un feminicidio con importante repercusión a nivel local y nacional en donde se criminaliza la presencia de personas indocumentadas; incluso de personas de buen carácter moral. No todos son como José Antonio Ibarra, el autor de la muerte de Riley, la jovencita amada por su familia y amigos quien al morir quedó perpetuada en la legislatura estadounidense.

