Un pastor es acusado de la muerte de una niña cuyo funeral ofició hace años
El interés en el caso fue revivido gracias a un libro publicado el año pasado, titulado La tragedia de Gretchen Harrington, de Marple: secuestro, asesinato e inocencia perdidos en los suburbios de Filadelfia. Este libro desencadenó una serie de nuevas pistas que llevó a una mujer anónima a confesar a los investigadores que creía que el padre de su mejor amiga era el responsable.
Ahora, David Zandstra, de 83 años y quien en aquel entonces era pastor de la Iglesia Reformada Cristiana de la Trinidad, enfrenta serias acusaciones por el asesinato y secuestro de la menor. El fiscal de distrito del condado de Delaware, Jack Stollsteimer, lo ha descrito como “la peor pesadilla de todos los padres”, ya que no solo conocía a la pequeña Gretchen, sino que la familia confiaba en él y lo sugirió un amigo cercano para oficiar el funeral del menor.
Zandstra anunció la desaparición de Gretchen a la policía aquella mañana, pero resultó ser una figura clave en este trágico suceso. Sus restos fueron encontrados casi dos meses después en un bosque cercano.
Las investigaciones revelaron que el ahora sospechoso era un amigo cercano de la familia Harrington, y ayudó activamente en la búsqueda de la niña. Incluso, presidió el funeral de la pequeña, mostrando una fachada de apoyo a la angustiada familia.
Un testigo entrevistado poco después del secuestro informado haber visto a Gretchen hablando con el conductor de un vehículo similar al de Zandstra. Aunque el pastor negó haber visto a la niña aquel día cuando fue interrogado por la policía, el testimonio de la mejor amiga de la hija de Zandstra resultó crucial.
La joven reveló que, a la edad de 10 años, había experimentado situaciones incómodas con el pastor mientras se quedaba a dormir en su casa. Sus sospechas quedaron plasmadas en un diario de 1975, donde escribió: “Creo que él podría ser quien secuestró a Gretchen. Creo que fue el Sr. Z”.
Tras mudarse en diversas ocasiones, Zandstra fue arrestado la semana pasada en Georgia, después de que la policía afirmara que confesó el crimen.
La escritora del libro que reavivó el caso, Joanna Falcone Sullivan, sostiene que durante las entrevistas con Zandstra, este pareció tener dificultades para recordar los acontecimientos de esa fatídica mañana, mientras que su esposa tenía una memoria más clara al respecto. Atribuyen estas lagunas a la edad avanzada del acusado.
El arresto de Zandstra ha sido un paso adelante hacia la justicia, según ha expresado la familia Harrington en un comunicado. Recuerdan a Gretchen como una niña amable, dulce y gentil, cuyo impacto perdura en aquellos que la conocieron, a pesar de que tan solo tenía 8 años al momento de su trágica muerte.