EL PROBLEMA DE FONDO NO ES LA INTELIGENCIA ARTIFICAL

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Por: Zoila Cabrejos Pita

La adopción de la inteligencia artificial (IA) como parte de la rutina informativa de reconocidos medios de prensa, acelera la discusión internacional. Una ventaja muy clara, que recibimos a bien (incluso hasta con alivio) es la automatización de tareas y el análisis de datos, sin embargo, aspectos como el desempleo, la personalización de noticias, el sesgo de los algoritmos, la privacidad de la información y el riesgo permanente a la desinformación representan una contraparte de peso.

El pasado mes de julio, como parte de esta discusión, el fundador de un reconocido medio, INFOBAE, señaló que este asunto no es una evolución sino una revolución, “Y en las revoluciones hay gente que gana y gente que pierde”, señaló el argentino Daniel Hadad durante el Encuentro Connect de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) 2023.

Su argumento resulta contraproducente siempre que se trata más bien de un asunto de convivencia y no de mera tecnología. El problema de fondo es que siempre estaremos en desventaja de una convivencia saludable mientras no tengamos sistemas sociopolíticos sólidos que equilibren las luchas de poder.

En la gran mayoría de países no existe la presencia de entes reguladores ni un modelo de cultura vigilante, en ese tipo de sociedades cada innovación representa una oportunidad para perjudicar a la audiencia con los excesos, discursos de odio y otros efectos sociales tóxicos que devienen de la disputa por el poder y la hegemonía.

Entonces, si bien es cierto que hay varios desafíos pendientes cuando hablamos de innovación e inteligencia artificial en los medios, el más urgente es que los países puedan organizarse, para una mejor convivencia asumir y mantener una cultura reguladora para que este nuevo momento de la historia no sea la repetición de una vieja experiencia de anarquía y abuso.

Urge decidirnos a desarrollar, cada quien desde su espacio, desde su comunidad pequeña o grande, un modelo de convivencia social y políticamente organizado donde realmente se privilegie la regulación basada en los principios de la ética, la transparencia y la responsabilidad, solo así le podremos hacer frente, siempre, a lo que venga, hoy se llama inteligencia artificial, mañana, sabrá Dios.

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