Las autoridades identificaron a Claudio Manuel Neves-Valente como el principal sospechoso del tiroteo ocurrido el sábado en Brown University, en Providence, Rhode Island, que dejó un saldo de dos estudiantes muertos y nueve personas heridas durante una sesión de repaso por la semana de exámenes finales.

El mismo individuo también era investigado por el asesinato de un reconocido científico nuclear vinculado al Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), ocurrido días después en el estado de Massachusetts. La conexión entre ambos hechos llevó a una operación conjunta de las fuerzas del orden en el noreste del país.

Neves-Valente, de 48 años y de nacionalidad portuguesa, fue localizado sin vida la noche del jueves dentro de una unidad de almacenamiento en la ciudad de Salem, New Hampshire, tras varias horas de presencia policial en el lugar. Las autoridades determinaron que murió a causa de una herida de bala autoinfligida.

Registros académicos indican que Neves-Valente cursó estudios de física en Brown University entre el otoño de 2000 y la primavera de 2001, periodo tras el cual solicitó una licencia académica y posteriormente se retiró de la institución en 2003. También se investiga su paso por una universidad técnica en Portugal, donde habría sido separado de un cargo de monitoreo a inicios de la década del 2000.

Las pesquisas establecen que el sospechoso estaría relacionado con el homicidio de un profesor de física nuclear de MIT, quien fue hallado con heridas de bala en su residencia en Massachusetts, a unos 80 kilómetros del campus de Brown. Ambas investigaciones fueron vinculadas por las autoridades debido a coincidencias en la identidad del presunto agresor.

El ataque en Brown University ocurrió alrededor de las 4:00 de la tarde del sábado en el edificio Barus and Holley, ubicado en el sector este del campus, mientras se desarrollaba una actividad académica. Hasta el momento, el móvil de los hechos no ha sido esclarecido y las investigaciones continúan a cargo de autoridades estatales y federales.

Las comunidades universitarias de Brown y MIT permanecen conmocionadas por los hechos, mientras las autoridades continúan revisando antecedentes y posibles vínculos que ayuden a cerrar el caso.