JOHANNA LARA COCHRAN ‘Amazona’ de la ley migratoria
Por: Prensa Atlanta
DULUTH, GEORGIA.-
En medio de expedientes legales y la acuciosa lectura de sus casos, encontramos a Johanna Lara Cochran en su oficina de Duluth, en el epicentro del populoso condado de Gwinnett. La joven dama, impecable profesional de la ley de inmigración; en un diálogo interesante con Prensa Atlanta, recrea algunos pasajes de su vida, comparte su pasión y sumo esmero por el trabajo, los estudios, la magia de las letras y su pasión por la música y el turismo internacional. Johanna Cochran es oriunda de Veracruz, México. Siendo muy pequeña rompió esquemas y estereotipos en el seno de su familia para dedicarse a compartir su vida escolar con sus actividades extra curriculares. Johanna tuvo siempre la avidez del conocimiento. Tomó clases de piano, estudió idiomas; inglés y francés, también estudió escritura creativa. En su época como alumna escribió guiones para obras de teatro y, actualmente, en su ratos libres, escribe música…eso sí no revela quien inspira sus líricas pues es muy reservada y seria.
“En el pueblo donde crecí, no había Bibliotecas, no había donde comprar un libro ni dónde tomar clases de francés. Lo que hacía era tomar un autobús, viajar una hora para tomar clases y regresar”, recuerda de una rutina que debía hacer todas las semanas. De paso se remonta a una vida llena de actividad y dinámica cuya misión era aprender disciplinadamente de todo un poco. “Nunca tuve tiempo para distraerme porque siempre estaba ocupada. Mi mamá solía registrarse en muchas clases. De donde vengo no era común que una mujer estudiara”, dice Johanna y captura el sentimiento y apoyo de su progenitora. “Ella, era una mujer muy preparada, con mucha educación, quería que yo estudiara. Sin el impulso de ella no hubiera podido hacer nada de esto”.
El viaje de Johanna L. Cochran desde Veracruz, México, hasta convertirse en defensora de los derechos de los inmigrantes está impulsado por inquebrantable pasión por la justicia y su empatía hacia aquellos que lo necesitan. Como orgullosa graduada de la Facultad de Derecho de la Universidad de Emory en Atlanta, Georgia, donde se dedicó al arte de la abogacía como oradora y escritora de informes para la Sociedad de Moot Court de Emory, Johanna aporta no solo su experiencia legal, sino también un enfoque centrado en el corazón a su práctica que se extiende a más de una década de experiencia legal.
“Yo sabía que la oportunidad para salir adelante era estudiar. No era otra cosa; no era una cara bonita…entonces me puse a estudiar”, expresa. Su dedicación le permitió alcanzar becas de estudio.
Antes de su carrera legal, Johanna se forjó en el mundo académico, graduándose con honores (magna cum laude) con una licenciatura en Administración de Empresas de la Universidad de Carolina del Norte en Greensboro. Sin embargo, fue su profundo deseo de hacer una diferencia tangible en la vida de las personas lo que finalmente la llevó a seguir el camino del derecho.
El compromiso de Johanna con el derecho migratorio se remonta a su tiempo antes de la facultad de derecho, y desde entonces se ha convertido en un faro de esperanza para innumerables personas que navegan por las complejidades del sistema de inmigración. Su trayectoria ha estado marcada por innumerables historias de éxito, cada una representando una vida mejorada. En la sala de audiencias, Johanna es una defensora apasionada de sus clientes, defendiendo incansablemente sus derechos e intereses. Aborda cada caso con determinación, siempre buscando lograr el mejor resultado posible para aquellos a quienes representa.
“Es un trabajo muy estresante, muy duro, son muchas horas y es muy difícil realmente tener la estamina de estar peleando con el juez o con el fiscal, es agotador”, subraya.
Pero reconoce el alisciente de la victoria al decir que el mejor obsequio para una abogada como ella y para su equipo es obtener una óptima resolución del caso, un cliente agradecido y eventualmente celebrar que su representado no fue deportado y pudo quedarse con su familia en este país.
LA MÚSICA EN SU VIDA
De su proclividad por la música y su vena de intérprete nos comenta que le gusta entonar letras de la música tradicional mexicana y también cede ante la música pop. De hecho, antes de emigrar a Estados Unidos, trabajó durante un año cantando varios géneros musicales en restaurantes y fiestas privadas en México. “Eso es lo que hacía para obtener un dinero extra”, evoca y sonríe.
VOCACIÓN Y ENTREGA
Tras descubrir su gran vocación por el Derecho, desarrolló habilidades inherentes a su profesión. La jurista mexicana tiene la habilidad de investigar y crear estrategias idóneas para sus representados. Actualmente se dedica fervientemente a su trabajo y lucha cada día como una verdadera amazona de la ley migratoria para que cada caso de sus clientes se resuelva favorablemente. Y mientras el sistema de inmigración podría ser implacable para aquellos extranjeros que probablemente no son elegibles para obtener la venia legal de los Estados Unidos, el conseguir una Green Card para ellos yuna oportunidadde mejorar su calidad de vida es su mayor legado.
“Las palabras no importan, las acciones o los resultados son las que importan. Sé que mi trabajo y el de la firma cambiaron muchas vidas para bien”, destaca la aguerrida, dedicada, motivada e inteligente mujer de leyes de nuestra comunidad.
“Las consecuencias de esta profesión son tan severas que cuando hay una solución favorable para nuestro cliente, es el mejor regalo”.
Más allá de su destreza legal, compasión y empatía se preocupa por el bienestar de sus clientes en la firma Cotto & Cochran Immigration Group y trabaja incansablemente para garantizar que sus voces sean escuchadas. Su enfoque no se trata solo de ganar casos, sino de comprender y defender genuinamente las necesidades y aspiraciones únicas de cada individuo al que sirve.
La destacada abogada latina también litiga casos en numerosas cortes federales alrededor del país, dentro y fuera del estado de Georgia, y ha conseguido exitosos resultados en múltiples casos que involucran asuntos complejos de
apelación y derechos humanos. Sus clientes dan testimonio de su trabajo, refiriéndose a ella como “una abogada muy competente”. Ella se convierte para decenas de migrantes en una aliada de confianza con quien contar y quien estará a su lado en cada paso del camino. Su ética y profesionalismo se imponen. Su defensa legal bilingüe, es además, un valor agregado a su abogacía, pues ella considera “que el idioma nunca deber ser una barrera para la justicia”.
SUS RAÍCES
Como figura latina está investida del coraje y la fortaleza de la mujer. “Somos gente emprendedora, luchadora, nos gusta trabajar muy duro y esas son las cualidades que yo he visto entre nuestros clientes. La gente busca la oportunidad, un mejor futuro, a veces no saben cómo y ese es nuestro trabajo ayudarles a encontrar la solución”, sustenta.