La Cámara de Representantes de EE.UU. inicia la votación para acusar a Trump por segunda vez
Donald Trump, cuyo mandato concluye la próxima semana, podría convertirse en el único presidente en la historia de Estados Unidos en pasar dos veces por un juicio político, esta vez por “incitar una insurrección” por el asalto al Capitolio
Donald Trump es “un peligro claro y presente”: la presidenta demócrata de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, instó el miércoles a destituir al mandatario saliente de Estados Unidos, que se encontraba a un paso de un histórico segundo juicio político a solo una semana del fin de su gobierno.
Con Washington bajo tensión siete días después del asalto al Capitolio, Trump llamó a la calma.
“Insto a que NO haya violencia, NO se cometan delitos y NO haya vandalismo de ningún tipo. Eso no es lo que yo defiendo, ni tampoco lo que Estados Unidos defiende”, dijo en un comunicado.
Poco antes, Pelosi había acusado a Trump de haber alentado una “rebelión armada”.
“El presidente de Estados Unidos incitó a esta insurrección, a esta rebelión armada”, lanzó la líder demócrata antes del voto de esta acusación formal por el asalto del Capitolio que dejó cinco muertos y conmocionó al mundo.
“Debe irse, es un peligro claro y presente contra la nación que todos amamos”, afirmó en un Congreso atrincherado.
“Su objetivo siempre ha sido el de atacar a la presidente, poco importa por qué. Es una obsesión”, respondió, por el contrario, el legislador republicano Jim Jordan, uno de los más fieles trumpistas.
A siete días de la investidura de Joe Biden, Washington, sometida a fuertes medidas de seguridad, está irreconocible.
– Militares en el Capitolio –
Las imágenes eran impactantes: decenas de militares de la reserva pasaron la noche dentro del Congreso. Muchos durmieron en el piso de las salas y corredores.
Bloques de hormigón cierran los ejes principales del centro, enormes barreras metálicas rodean muchos edificios federales, incluida la Casa Blanca, y la Guardia Nacional está desplegada en todas partes.
Los debates en la Cámara de Representantes comenzaron a las 9H00 locales (14H00 GMT), aunque la votación sobre la acusación está programada para alrededor de las 15H00 (20H00 GMT).
Su resultado -que despierta pocas dudas, ya que los demócratas controlan la Cámara Baja- marcará la apertura formal del proceso de juicio político contra el 45º presidente, que se convertirá en el primero en la historia del país en ser procesado dos veces en el Congreso.
Las intervenciones de los representantes han sido enérgicas. Trump es un “tirano”, lanzó la demócrata Ilhan Omar.
La republicana Nancy Mace dijo que el Congreso debe exigir que el presidente sea responsabilizado por sus actos, pero consideró irresponsable proceder con “precipitación”.
En las intervenciones de los republicanos se advirtieron matices. El jefe de ese bloque, Kevin McCarthy, reconoció que Trump tiene “responsabilidad” en los disturbios, pero someterlo a un juicio político en poco tiempo sería un “error”. Propuso, en cambio, una declaración de “censura”, que en la práctica tiene un efecto mayormente simbólico.
Cada día más aislado, Trump intentó el martes minimizar el procedimiento en su contra, describiéndolo como una “continuación de la mayor caza de brujas en la historia de la política”.
Pocos días antes de partir a su residencia de Mar-a-Lago, en Florida, donde debería comenzar su nueva vida como “expresidente”, el magnate republicano parece cada vez más desconectado de lo que sucede en Washington.
Ningún representante de su partido votó en diciembre de 2019 a favor del “impeachment” de Trump por las presiones a Ucrania para investigar una presunta corrupción de Biden. Y el mandatario salió absuelto del juicio político por el Senado, de mayoría republicana.
Pero esta vez, cinco legisladores ya anunciaron su apoyo al proceso. Entre ellos, Liz Cheney, una de las líderes de la minoría republicana en la Cámara Baja e hija del exvicepresidente Dick Cheney.
– ¿Dar vuelta la página? –
Más preocupante para Trump y su posible futuro político es que Mitch McConnell, líder de la mayoría republicana en el Senado, dijo a sus allegados, según reportes del New York Times y CNN, que veía con buenos ojos el “impeachment”, considerando que la acusación es fundada y ayudaría al Partido a dar vuelta a la página de Trump para siempre.
Este hábil estratega, muy influyente y crucial aliado del mandatario durante cuatro años, tal vez tenga la clave del resultado de este proceso histórico, porque podría alentar a los senadores republicanos a condenar al 45º presidente estadounidense.
Los demócratas tomarán el control de la Cámara Alta el 20 de enero, pero necesitarán convencer a muchos republicanos para lograr la mayoría de dos tercios requerida para la condena.
Desde Álamo, Texas, Trump intentó el martes adoptar una postura menos agresiva y llamó a “la paz y la calma”.
Pero también se negó a asumir cualquier responsabilidad por la asonada al Capitolio, asegurando que su discurso, en un multitudinario acto con sus seguidores previo al asalto, fue “totalmente apropiado”.
Su vicepresidente, Mike Pence, rechazó invocar la 25ª Enmienda de la Constitución que le habría permitido destituir al mandatario saliente, declarándolo no apto para ejercer su función.
Pese a esto, la Cámara de Representantes aprobó el martes una resolución simbólica en la que exhortaba a Pence a reunir al gabinete y apelar a ese mecanismo constitucional.
Aunque lo apoyan algunos legisladores y funcionarios muy leales, Trump está más solo que nunca después de una serie de renuncias de su gobierno y críticas mordaces.
Criticado por su demora en enviar la Guardia Nacional el miércoles pasado, el Pentágono autorizó el despliegue de 15.000 efectivos para la ceremonia de inauguración.
Originalmente movilizados para brindar apoyo logístico a la policía, sus miembros comenzaron a portar armas el martes por la noche.
Muestra de la tensión que reina en Washington, el sitio de alquileres Airbnb anunció la anulación y el bloqueo de las reservas de su plataforma en la capital federal durante la semana de la investidura del futuro presidente de Estados Unidos y Google anunció que desde el jueves no difundirá política.