Portugal vive horas de consternación tras el trágico descarrilamiento de uno de los funiculares más emblemáticos de Lisboa, que dejó 16 muertos y 21 heridos. El gobierno decretó este jueves un día de luto nacional en memoria de las víctimas.

El accidente ocurrió el miércoles por la noche cuando el histórico funicular amarillo Gloria, que conecta la Plaza de los Restauradores con el barrio alto de la capital, se salió de la vía en una empinada pendiente cerca de la Avenida de la Libertad y terminó impactando contra un edificio. La colisión desató escenas de pánico en una de las zonas más concurridas por turistas.

Entre los heridos figuran al menos 11 extranjeros: dos ciudadanos alemanes, dos españoles, una francesa, un italiano, un suizo, un canadiense, un surcoreano, un marroquí y una persona de Cabo Verde, informaron los servicios de emergencia. Cinco de ellos permanecen en estado grave.

Las autoridades corrigieron la cifra inicial de 17 fallecidos, luego de que el servicio municipal de protección civil admitiera un error en su reporte: una de las víctimas hospitalizadas había sobrevivido, reduciendo el saldo oficial a 16 muertos.

En respuesta a la tragedia, el gobierno suspendió de manera preventiva el funcionamiento de los otros tres funiculares de Lisboa mientras se desarrollan las investigaciones para determinar las causas del siniestro. Expertos analizan si se trató de una falla técnica en el sistema de frenado o de un error humano.

El accidente ha provocado una profunda conmoción en Portugal y en la comunidad internacional, dado el carácter icónico del transporte. El luto nacional rinde homenaje a las víctimas de un siniestro que marca una de las páginas más negras en la historia reciente de la capital portuguesa.