Murió Diego Maradona: el recuerdo del día que lo mandaron al arco

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FUENTE:CLARIN

En “La banda del Golden Rocket”, en un “desafío de fútbol cinco”, el 10 empezó atajando y lo golearon. Pero después… Fabián Vena, uno de los “primos” del programa, da detalles de aquel partido inolvidable.

En medio de impacto por la noticia de la muerte de Diego Armando Maradona, se vuelve indispensable repasar su historia, dentro y fuera de la cancha. Y, por qué no, dentro de la TV. Como aquel día que fue parte de La banda del Golden Rocket.

En 1992, Diego Armando Maradona lucía un corte de pelo estilo chofer de la línea 60: larguito atrás, corto adelante. Jugaba en el Sevilla, de España, y, también, en La banda del Golden Rocket.

Escrito por Jorge Maestro y Sergio Vainman, el programa se emitió por El Trece, de 1991 a 1993. Seguía la historia de tres primos, Adrián (Adrián Suar), Diego (Diego Torres) y Fabián (Fabián Vena) que no se veían desde chicos y se reencontraron cuando heredaron de su abuelo el famoso rodado: un Oldsmobile Golden Rocket 88 modelo 1957. Un caño. Un fierrazo descomunal, desvelo de coleccionistas.

Algo timidón, Adrián, tan chueco como siempre, con un andar similar al del Chino Tapia, vivía con su familia. Siempre hacía lo que había que hacer y, además, era muy ordenado.

Cascarrabias, de a ratos malhumorado, Fabián pasaba los días junto a sus abuelos. Y le gustaba imponer sus ideas.

Músico, Diego, que había vivido en el sur con su padre, se instaló en Buenos Aires, (“en un loft”, ) y pretendía editar un disco con sus canciones.

Cuando murió el abuelo, la abuela (en la piel de Nelly Beltrán, gloriosa), reunió a los primos para entregarles el auto. Ése había sido el “último deseo” del tata: con ese vehículo había sido muy feliz llevando a los tres chicos a la playa y, entonces, quería que quedara para ellos.

Para poder compartir el Golden Rocket, Adrián, Fabián y Diego decidieron irse a vivir a la gran ciudad. Y ahí empezaron a vivir juntos diferentes situaciones.

Con más de 35 puntos de rating, la cortina del programa era Juntos para siempre, de Alejandro Lerner.

En la segunda temporada apareció el cuarto primo: Germán Palacios.

Los autores, Maestro y Vainman, contaron en su libro Maestro & Vainman, 36 años de historias en la televisión que todos vimos, cómo fue grabar el programa con semejante nave amarilla con detalles en blanco.

“El coche fue un símbolo. Aunque nunca funcionó”, dijeron. ¿Cómo? Sí. “Un problema en el motor del Golden Rocket hizo que gran parte de las tomas debieran hacerse con el auto detenido, y cuando había que verlo en movimiento, lo arrastraba un remolque”.

En la ficción, claro, el coche tenía su mecánico: el personaje se llamaba Achinelli y era interpretado por Luis Mazzeo (murió en 2017).

En un momento, Adrián, Fabián y Diego fueron desafiados a jugar un “picadito de fútbol” por Ova Sabatini, el hermano artista de Gabriela y pareja de Catherine Fulop.

Entonces, para armar el equipo, los primos recurrieron a Achinelli, y Achinelli sumó a su asistente en el taller, Tito, de impecable mameluco azul, que no era otro que Maradona, barrilete cósmico. Un afano, diría la tribuna. ¿Si pocos años antes el Diez había sido capaz de gambetear al equipo completo de Inglaterra, hasta dónde podían llegar sus virtudes técnicas sobre un césped sintético de fútbol cinco?

“Miren que yo juego, eh”, se presentó el ex capitán de la Selección Argentina, ya en la canchita.

Sí, sí, todos dicen que juegan”, lo ninguneó Adrián, como si estuviera hablando con alguien que nunca en su vida había visto una pelota.

Y a Maradona lo mandaron al arco. Una locura, definitivamente. El peor de los castigos. Justo a él, que ya sabemos lo que opina sobre los arqueros.

Dijo sobre Peter Shilton, el inglés al que le hizo los dos goles en el Mundial de México: “Todos los arqueros son boludos; vos no sos la excepción”.

Dijo sobre el Papa Juan Pablo II: “Era arquero, tenía todas en contra”.

Dijo sobre Julio César Falcioni, cuando Boca lo pretendía como entrenador: “Si vamos a buscar un arquero como técnico, no entendimos nada”.

Como arquero, en el equipo de La Banda del Golden Rocket, a Diego le hicieron cinco goles. Fue un colador.

“¿A quién trajiste, Achinelli?”, se enojó Diego (Torres), de piernas flaquitas. “Este muchacho tiene manteca en las manos”.

Detrás del alambrado, alentaban en vano las novias de los primos: Pato (Araceli González), Mily (Marisa Mondino) y Evelyn (Gloria Carrá).

Para el segundo tiempo, el equipo hizo un cambio: Maradona salió del arco y se fue a jugar “arriba”, “de rebotero”.

“¡Pero no! Ahora que le estoy agarrando el gustito al arco…”, se quejó el actual DT de Gimnasia por la variante, con mucha gracia. Y avisó: “A mí no me gusta perder a nada”.

En eso, agrandado por el 5-0, apareció Ova Sabatini. Y se atrevió a cargar a Maradona: “¿Cuántos quieren que les hagamos en el segundo tiempo?”.

“Uy, qué cancherito… Vamos, muchachos, que los hacemos de goma”, se envalentonó Diego.

Los hacemos de goma: gran frase, ingenua, tierna, como si el guión lo hubiera escrito Pepe Biondi. O Carlitos Balá.

De fondo sonaba un hit de la época: The Final Countdown, de Europe, la banda sueca de glam metal que en aquellos años se escuchaba en todas las fiestas.

Y ahora sí, de camiseta Unisport violeta, como si fuera una réplica de la Fiorentina o de Villa Dálmine, Maradona empezó a hacer de las suyas. Una pisada por acá, otra gambeta por más allá, un taco… Sólo le faltó hacer su gran yeite: La mano de Dios.

1) Anotó el 5-1.

2) Le dio una asistencia a Suar para que hiciera el 5-2.

3) Clavó un tiro en el palo.

4) Metió el 5-3.

5) Le dio una asistencia a Torres para que anotara el 5-4.

6) Hizo el 5-5.

7) Le dio otra asistencia a Torres para que sellara el 6-5.

Gran remontada, final, vuelta olímpica. Y besos y abrazos de Maradona con los primos y las novias de los primos. Un jolgorio interesante.

En el medio, también hay que decirlo, Torres definió un mano a mano a las nubes, por qué no, al mejor estilo Pipa Higuaín.

En su momento, en diálogo con Fox Sports, Vena recordó: “En la época de La banda del Golden Rocket se usaba mucho el pelo largo, sí, el estilo Robert Plant”.

Consultado por Clarín, dio detalles de cómo fue la convocatoria de Maradona al programa. “Un día vino Adrián, que ya se movía como un productor, y nos dijo: ‘¿y si lo invitamos a Diego, que está viniendo para Buenos Aires?’ Así fue. Al día siguiente, Adrián nos volvió a encarar y nos dijo: ya está, ya hablé con Claudia (Villafañe), ya hablé con Diego… Se coparon enseguida. Me dijeron que son fanáticos del programa. Van a venir a grabar con nosotros”.

Dicho y hecho. “La idea era que Diego viniera a hacer una participación y al final terminó haciendo casi un personaje protagónico”, agregó Fabián.

-¿Los rivales del equipo de Ova Sabatini le jugaban en serio?

-Por suerte era todo ficción… Y, obviamente, ya se sabía que al final íbamos a ganar nosotros.

El contacto entre los “primos” y Maradona no terminó en aquel programa. “Como devolución, Diego, que es muy generoso, nos invitó a los tres a comer un asado a su quinta de Moreno. Y fuimos, por supuesto”, siguió el actor, todavía conmovido por haber vivido esa experiencia.

“Estaba lleno de gente. Ese día, además, Diego jugaba con sus hermanos un desafío contra un equipo del barrio. La canchita de la quinta estaba divina, con vestuarios impecables, camisetas… ¡Y Diego nos mandó a los tres al banco de suplentes! Él jugaba de 2, paradito delante del arquero, con los cordones desabrochados… Hacía lo que quería: pin, pin… Y hasta que su equipo no sacó una ventaja de nueve goles, no nos dejó entrar. Ahí, hice la de Cani (por Caniggia) en el Mundial 1994, frente a Nigeria. Le empecé a gritar ‘¡Diegoooo, Diegoooo…!’ Me la dio y sólo tuve que empujarla. Para festejar el gol, salí corriendo a abrazarlo como loco. ¡Sí, como si fuera un nene con su ídolo!”.

En Sevilla, a Diego Maradona lo dirigió Carlos Bilardo (EFE).

“Cuando me dijeron que iba a empezar haciendo de arquero, no me gustó nada”, reveló Maradona, con humor, en el programa TVR, sobre su participación en La banda del Golden Rocket.

“Con Adrián, Diego y Fabián no es que éramos amigos, amigos… Pero nos cruzábamos seguido en los canales de televisión, en los lugares donde a veces salíamos a tomar algo”, agregó. “Diego fue el que más indicaciones me dio sobre cómo tenía que actuar. La verdad es que me divertí mucho”, finalizó el Diez.

 

 

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