Un nuevo episodio de violencia armada estremeció a Estados Unidos este miércoles, cuando un tiroteo dentro de la iglesia de la Annunciation Catholic School, en Minneapolis, dejó dos menores de 8 y 10 años muertos y otras 17 personas heridas. Entre los heridos, 14 son niños, y al menos dos permanecen en condición crítica, según confirmaron las autoridades.

El ataque ocurrió durante la misa matutina, mientras decenas de alumnos participaban en el servicio religioso. El alcalde Jacob Frey expresó su consternación en una conferencia de prensa y señaló que la comunidad enfrenta una de sus jornadas más dolorosas.

El jefe de la policía de Minneapolis, Brian O’Hara, explicó que el agresor, identificado como Robin Westman, de 23 años, abrió fuego con un rifle, una escopeta y una pistola desde las ventanas de la iglesia antes de quitarse la vida. Las armas habían sido adquiridas legalmente y Westman no tenía antecedentes penales. “Fue un acto deliberado de violencia contra niños y fieles”, sostuvo O’Hara, quien calificó al atacante de “cobarde”.

Las investigaciones preliminares revelaron que Westman habría preparado un manifiesto con mensajes perturbadores y un video programado para publicarse en YouTube, el cual ya fue retirado. El FBI confirmó que indaga el caso como un posible acto de terrorismo doméstico y un crimen de odio dirigido a la comunidad católica.

El atacante era hijo de Mary Grace Westman, exasistente administrativa de la escuela, quien se jubiló en 2021. En registros judiciales figura que en ese mismo año solicitó el cambio legal de nombre de su hijo de Robert a Robin, en concordancia con su identidad de género.

El presidente Donald Trump ordenó que las banderas ondeen a media asta hasta el atardecer del 31 de agosto en honor a las víctimas.