El mundo de la moda está de luto. Giorgio Armani, uno de los diseñadores más influyentes de las últimas décadas, falleció el jueves a los 91 años en su residencia, según confirmó su casa de moda a través de un comunicado oficial.

El creador milanés, considerado un ícono del prêt-à-porter, cambió para siempre la industria con su visión innovadora y sus siluetas relajadas. La firma explicó que su ausencia en los desfiles de junio se debió a un proceso de recuperación tras una enfermedad, cuyos detalles nunca fueron revelados.

Armani se preparaba para celebrar un hito trascendental: los 50 años de la marca que lleva su nombre, con un evento especial previsto durante la próxima Semana de la Moda de Milán. Tras su fallecimiento, se anunció la instalación de un espacio conmemorativo abierto al público en la ciudad, mientras que una ceremonia privada será organizada en fecha aún por determinar.

Su legado trasciende la pasarela. Armani transformó la sastrería masculina con el traje desestructurado, símbolo de la llamada “elegancia silenciosa”. Al mismo tiempo, ofreció a las mujeres una nueva forma de vestir, alejada tanto de la feminización forzada como de la rigidez masculina, incorporando pantalones y blazers adaptados a la silueta femenina como piezas centrales del vestuario profesional.

Desde los años 70, su propuesta redefinió la elegancia y la comodidad, consolidándose como un referente cultural y estético a nivel mundial. Su partida marca el fin de una era para la moda italiana y global, pero su nombre y su estilo seguirán vivos en la historia del diseño.