Comienza una nueva orden ejecutiva menos restrictiva pese a la falta de pruebas para detectar el COVID-19
por: Por Ricardo Cortés Chico – https://www.elnuevodia.com/
Sectores empresariales y de ocio vuelven a activarse este sábado, pero un grupo de expertos que evaluó las nuevas y relajadas disposiciones presentadas por la gobernadora todavía se cuestiona cómo se hará el rastreo de contagios
El consenso entre un grupo de expertos consultado por este medio es que la flexibilización de las restricciones comerciales provocará un aumento en los contagios del COVID-19. Lo que se desconoce es la magnitud del aumento y la capacidad del Departamento de Salud (DS) de detectar rápidamente un alza y los brotes que van surgiendo.
El epidemiólogo José Becerra, retirado de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés), compara el desarrollo de la pandemia en Puerto Rico con un automóvil que baja una cuesta de una autopista. “Si el carro tiene buenos frenos, no hay problema, pero si los frenos están malos, puede que tengas que usar la rampa (de emergencia)”, dijo Becerra.
La Orden Ejecutiva 2020-066, que entra en vigor este sábado 12 de septiembre y que establece las nuevas disposiciones para contener la emergencia del COVID-19, incluye la reapertura de las playas para bañistas, cines, gimnasios y casinos, así como otras flexibilizaciones, anunció el jueves la gobernadora Wanda Vázquez Garced.
En agosto, cuando los contagios entraron en su punto pico, el carro iba a alta velocidad y acelerando. Con las más recientes restricciones comerciales, las nuevas infecciones fueron desacelerándose. Es decir, el carro va más lento. “Pero todavía está entre 300 a 350 (contagios) diarios. El carrito sigue a alta velocidad y los frenos malos siguen malos”, apuntó.
“Los contagios han bajado a la mitad respecto a agosto, pero seguimos mucho más alto de lo que había en marzo. La realidad es que cualquier apertura va a generar más casos porque hay más gente interactuando. Hay que tener cuidado para que no se vuelvan a disparar los casos como pasó ya una vez (a mediados del verano)”, manifestó, por su parte, el presidente del Colegio de Médicos Cirujanos, Víctor Ramos.
Puerto Rico estaría mejor preparado para una reapertura, como la que la gobernadora Wanda Vázquez Garced decretó el jueves, si los laboratorios tuvieran acceso a los reactivos que se necesitan para practicar las pruebas diagnósticas (conocidas como PCR o molecular). Esto, por ejemplo, permitiría administrar más pruebas, detectar más contagiados y aislarlos para detener la propagación.
Además, una mayor cantidad de pruebas diagnósticas permitirían medir mejor las infecciones a través de otras métricas como la tasa de positividad, una de las más que se usan para detectar la amplitud de los contagios con el coronavirus SARS-CoV-2.
Becerra indicó que otro asunto a resolver es la transmisión, con retrasos, de las pruebas negativas de COVID-19 desde los laboratorios clínicos hasta el Departamento de Salud. Esta información es importante en el análisis epidemiológico de este novel coronavirus en Puerto Rico.
Estos retrasos no son solo con el gobierno. Recordó el caso de una mujer, sospechosa de estar contagiada, que completó su cuarentena sin recibir el resultado de la prueba diagnóstica. Cuando finalmente lo obtuvo, se enteró que todo se trató de un falso positivo y que no tuvo COVID-19.
Afirmó, además, que, aunque la mayoría de los municipios han copiado el modelo de rastreo de infectados que estableció la epidemióloga Fabiola Cruz en Villalba, para quien dedicó elogios, muchos ayuntamientos tienen sistemas alternos, complicando el análisis científico de los brotes para toda la isla. Además, indicó que la información de los brotes se necesita con mayor celeridad.
“Necesitamos un plan a mayor plazo… Se creía que con cerrar era suficiente, pero no lo era. Ese era el momento en que se tenía que crear la infraestructura y reforzar el Departamento (de Salud)… Se necesita aumentar las pruebas diagnósticas de modo que tengamos muchos resultados y se reporten con prontitud”, dijo Becerra.
La nueva orden ejecutiva
Este sábado, 12 de septiembre, entran en vigor las disposiciones de la nueva orden ejecutiva que establece las medidas para mitigar los efectos de la pandemia en Puerto Rico.
En el aspecto comercial, Vázquez Garced autorizó las operaciones de los casinos, los cines y los gimnasios, eliminó las restricciones de movimiento y venta de bebidas alcohólicas los domingos, y permitió que los restaurantes, comercios e iglesias operen a la mitad (50%) de su capacidad normal. Previamente solo podían llenar una de cada cuatro sillas (25%).
Del mismo modo, la gobernadora extendió hasta las 10:00 de la noche, -tres horas despúes que lo dispuesto hasta ayer- el horario en que los restaurantes y supermercados pueden vender bebidas embriagantes. Aquellos negocios cuyos ingresos provienen en mayor proporción de la venta de alcohol, como los cafetines, chinchorros, discotecas y barras, deberán permanecer cerrados.
En otros aspectos no comerciales, la nueva orden ejecutiva mantiene el toque de queda entre las 10:00 p.m. y las 5:00 de la mañana del día siguiente, sigue con el sistema de clases virtuales para los sistemas de enseñanza, permite las visitas a las playas, pero con mascarillas puestas si las personas están fuera del agua, y autoriza el uso de las marinas mientras prohíbe el “rafting”.