Crisis en Perú | “Una esperanza perdida y una traición que deja una herida en el pueblo”: la decepción en Cajamarca, el gran bastión del expresidente Pedro Castillo, tras su destitución

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  • Mirelis Morales Tovar
  • BBC News Mundo
El respaldo de sus compatriotas se vio reflejado en las urnas. Castillo obtuvo 70% de los votos en Cajamarca durante la segunda vuelta contra Keiko Fujimori.

Minutos después de que el expresidente Pedro Castillo anunciara la disolución del Congreso y el gobierno de excepción la pasada semana, un joven se apostó en la plaza de Armas de Cajamarca gritando que el mandatario, poco después destituido, dejaba mal parados a los cajamarquinos.

“Chotano ridículo, dejas mal a los cajachos”, vociferaba con una pancarta.

Esa escena la relata Rosario Chuquiruna, una comunicadora popular quien asegura que aquel acto que se difundió por redes sociales refleja el sentir de una parte de los habitantes de Cajamarca, uno de los departamentos más pobres del país y cuna del maestro que llegó a la presidencia de Perú en julio de 2021.

La indignación proviene, por un lado, del grupo de cajamarquinos de la capital que siempre estuvo en contra del ascenso al poder de un campesino.

“Existe en Cajamarca una clase muy similar en pensamiento a la gente de Lima, con sus mismos prejuicios y sentimientos de discriminación, que sentían que un cholo, marrón, con acento marcado era una figura que no los representaba“, explica Chuquiruna.

Del otro lado, están los cajamarquinos menos favorecidos, quienes habían depositado sus esperanzas en Castillo para alcanzar peticiones que por décadas han sido ignoradas.

Cuando ganó Castillo, había en muchos la sensación de orgullo. Se pensaba: ‘Ya era hora que un campesino nos represente’; ‘por fin alguien que viene del sector educativo y lo va a atender'”, agrega la comunicadora popular.

Castillo se mostró a comienzos de su gestión con el sombrero propio de Cajamarca, como símbolo de su origen.

Cajamarca constituye uno de los departamentos más pobres de Perú (39,7%), seguido por Amazonas (30,1%) y La Libertad (26.8 %), según cifras de la Encuesta Nacional de Hogares 2021.

Casi el 60% de la población vive en zona rural, y 9 de cada 10 cajamarquinos trabaja en el sector informal, lo que significa que no tienen acceso a seguridad social, de acuerdo con reportes del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI).

De ahí que el famoso mensaje de Castillo (“no más pobres en un país rico”) caló tanto durante la campaña presidencial.

Su discurso abogaba por una reforma de la constitución y la recuperación de la riqueza nacional, que tuvo buena acogida en una región que lleva décadas protestando por los abusos de las empresas mineras.

El respaldo de los cajamarquinos, al final, se vio reflejado en las urnas, donde Castillo obtuvo 70% de los votos en el departamento en la segunda vuelta contra Keiko Fujimori.

“El triunfo de Castillo fue una victoria simbólica para poblaciones postergadas”, afirma Chuquiruna. “Un avance en la descentralización, una ganancia para los pueblos. Un maestro, un campesino y alguien del interior del país había llegado a la presidencia. Castillo representaba a una gran mayoría de peruanos“.

Cajamarca constituye uno de los departamentos más pobres de Perú (39,7%). Casi 60% de la población vive en zona rural.

“El cargo le quedó grande”

En Cajamarca se siente una “profunda tristeza”. Esa es la percepción de estos últimos días que tiene Dina Mendoza, una activista conocida por su oposición al proyecto de extracción del gran yacimiento de oro Conga.

Nos sentimos tristes y defraudados. Teníamos muchas esperanzas, porque Pedro Castillo ofreció que se iban a revisar las empresas internacionales y que se dictarían leyes a favor del pueblo. Pensábamos que las cosas iban a cambiar. Teníamos una voz de esperanza”.

Castillo llegó al gobierno por elección popular, luego de que Perú viniera de arrastrar una cadena de destituciones que inició con Pedro Pablo Kuczynski, siguió con Martín Vizcarra y terminó con Manuel Merino.

Su mandato significaba a priori la restitución de la tranquilidad política, en medio de un contexto de la crisis sanitaria que golpeó con fuerza al país.

Sin embargo, Castillo tuvo todo en contra desde el principio de su gestión. Y así lo reconocen quienes lo apoyaron.

“Tenemos un Congreso a espaldas del pueblo, que no lo dejó gobernar”, comenta Mendoza. “Un legislativo que solo atendió intereses individuales. Una vergüenza. Pero Castillo tampoco supo ponerse los pantalones para defender su constituyente. No puso a ministros de confianza. Ni tenía las fuerzas políticas para cerrar el Congreso”.

Durante su campaña, el discurso de Castillo abogaba por una reforma de la constitución y la recuperación de la riqueza nacional.

Incluso, dentro del círculo de las rondas campesinas, del cual fue parte Pedro Castillo, esas objeciones sobre su gestión tienen eco.

Las rondas son una organización comunal de defensa que funciona en Cajamarca desde 1976 y que se le conoce como el ejército de los pueblos.

“Castillo no cumplió con las expectativas porque tuvo que enfrentar un ataque sistemático del Congreso”, comenta Santos Saavedra, presidente de la Central Única Nacional de Rondas Campesinas.

“Se distanció de las propuestas. Se dejó convencer por gente oportunista. Y, al final, ambos poderes no lograron ponerse de acuerdo para avanzar en los cambios que anhelaba el pueblo“.

Pese a que la esperanza de su mandato solo duró 18 meses, muchos de sus seguidores siguen creyendo en el ideal que pintó Castillo de romper con las élites que han gobernado el país .

“Él hizo el intento”, agrega Saavedra. “Promovió más de 50 proyectos de ley. Insistió en hacer una consulta para cambiar la constitución. Los congresistas lo que hicieron fue bloquearlo. Ahora nos toca levantar cabeza y exigir un cierre del Congreso. Ellos no nos representan”.

En las filas del partido Perú Libre, no dan todo por perdido. Hay quienes reconocen que Castillo le cumplió a varios gremios, en especial, a los educadores.

Para ese sector, se consiguió la reivindicación de sus salarios; el pago de una deuda social por evaluación y preparación de clases que habían dejado de percibir desde 1993, la compensación del tiempo de servicio y el aumento progresivo del presupuesto al sector educación de 3,2% a 10% para 2026.

Las calles de Tacabamba se llenaron con carteles de apoyo a Castillo durante la campaña electoral de 2021.

“Él logró una aspiración histórica, como dirigente de origen popular que ascendió a la presidencia”, asevera Jorge Spelucin, dirigente regional del partido. “Pero este fue un gobierno satanizado y perseguido. Lucharemos para que el pueblo recupere el poder que ganó el 28 de julio de 2021“.

“Oportunidad desperdiciada”

La pretensión de Castillo de instaurar un gobierno de excepción no pareció extrañar a muchos en Cajamarca. La sierra peruana está acostumbrada al autoritarismo. Por eso ciertas prácticas de las rondas campesinas para poner orden tienen gran aceptación.

“Querer imponer su autoridad no le resultó a muchos descabellado y menos con el cúmulo de descontento que existe en el país”, comenta Chuquiruna.

Los ronderos constituyen una fuerza de orden en Cajamarca. Pedro Castillo perteneció a sus filas y comparte sus modos autoritarios.

Sin embargo, lo que no están dispuestos a perdonarle a Castillo es que las acusaciones por corrupción resulten ciertas.

“No decimos que no se le investigue. Pero merece que se haga bajo el debido proceso. Si él cometió actos de corrupción, que se le juzgue. Aquí no vamos a avalar la corrupción”, opina la activista Mendoza.

Hasta ahora, el destino de Castillo resulta incierto. El exmandatario podría ser investigado por los delitos de rebelión y conspiración. En cualquier caso, el término adelantado de su gestión constituye una pérdida irreparable para sus coterráneos y para una buena parte del país que confío en “el primer presidente pobre de Perú“.

“La caída de Castillo afianza el centralismo y esa creencia de que el interior no está preparado para gobernar“, lamenta Chuquiruna. “Refuerza la idea, de un sector de la población, de que solo los grandes empresarios pueden dirigir con éxito el país. Lo de Castillo fue una esperanza perdida y una traición que deja una herida en el pueblo”.

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